La salud mental del presidente Donald Trump preocupa a “algunos”, miembros del Partido Republicano, aseguró Al Franken, senador demócrata de Minnesota.
El funcionario estadounidense declaró a CNN que “sólo algunos” senadores republicanos están seriamente preocupados por la salud mental del nuevo líder de los Estados Unidos.
“Es cierto, algunas personas han dicho que el presidente podría padecer de sus facultades mentales. Algunos republicanos consideran que no está bien mentalmente. No es la mayoría, sólo unos cuantos piensan esto”, comentó Franken en relación a las muchas mentiras del presidente y a sus declaraciones sin fundamento como evidencia de que posiblemente Donald Trump no presenta una buena salud mental, lo que podría causar que no distinga la verdad de la mentira, y la información falsa de la verdadera.
Algunos de mis compañeros republicanos están preocupados… todos tenemos esa sospecha. Él miente mucho, dice cosas que no son ciertas y luego insiste en defenderlas, lo que daña su prestigio.
Sobre este mismo tema, Franken citó la afirmación sin bases de Trump de que habría ganado el voto popular en la elección presidencial si entre tres y cinco millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin autorización legal no hubieran votado por su adversaria demócrata, Hillary Clinton.
Franken incluso señaló los ataques de Trump a la senadora Elizabeth Warren, a la que llama “Pocahontas”, en un sentido “racista”. “Ya saben, esa no es la norma que debería seguir un presidente de Estados Unidos, o de hecho, para un ser humano”.
A esto, se suma la declaración de 35 psiquiatras estadounidenses sobre la salud mental de Trump. En la misiva, los especialistas alertaron sobre la “grave inestabilidad emocional” del mandatario. “Es incapaz de servir con seguridad como presidente”.
Uno de los médicos, Lance M. Dodes, experto en adicciones y analista emérito de la Sociedad e Instituto Psicoanalítico de Boston, realizó la siguiente declaración:
El discurso y las acciones del señor Trump demuestran una incapacidad para tolerar opiniones diferentes de las suyas, lo que le lleva a reacciones de rabia. Sus palabras y conductas sugieren una profunda incapacidad para sentir empatía. Los individuos con estos rasgos distorsionan la realidad para adaptarla a su estado psicológico, atacando a los hechos y a quienes los transmiten (periodistas, científicos u otros políticos).
Creemos que la grave inestabilidad emocional indicada por el discurso y las acciones del señor Trump lo hace incapaz de servir con seguridad como presidente.