Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaborado con el apoyo de la Organización Internacional de Derecho del Desarrollo (IDLO), la Universidad de Sydney, en Australia, y la Universidad de Georgetown en Washington, Estados Unidos, ha señalado que la aprobación de normas tendientes a cuidar la salud de la población, por ejemplo aquellas que dictan el empaquetado neutro del tabaco y los impuestos sobre las bebidas azucaradas o la sal, son efectivas.
A fin de que todas las personas gocen del derecho a la salud, el organismo de Naciones Unidas brinda asistencia a los países que están intentado desarrollar e implementar leyes para mejorar sus sistemas de salud.
Al respecto, el doctor Lawrence O. Gostin, director del Instituto O’Neill de la Universidad de Georgetown para la Ley de Salud Nacional y Global, destacó que, por ejemplo,“el uso de la ley para reducir el tabaquismo ha sido uno de los grandes logros de la salud pública, pero hay mucho más que podríamos hacer con los alimentos poco saludables, el uso excesivo de alcohol, las lesiones o la salud mental”.
Uno de los autores del informe de la OMS, Roger Magnusson, ha señalado que las normativas pueden ser herramienta clave para ayudar a las naciones a alanzar las metas de salud planteadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues tienen “un potencial sin explotar” para fortalece los sistemas de salud.
Los expertos han indicado que la ausencia de normativas tendientes proteger la salud de la población pone en riesgo la calidad de vida de las personas pues, por ejemplo, en países sin regulaciones sobre el tabaco es posible que la industria reclute a jóvenes fácilmente.
Pese a estos logros, Magnusson deploró que algunas leyes aún se usen para afectar a pacientes y negarles servicios, como ocurre con personas con enfermedades mentales.
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