Las personas que padecen con frecuencia severos ataques de migraña podrían tener un mayor riesgo de presentar un accidente cerebrovascular (ACV) luego de una operación.
Esto fue lo que informaron investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, quienes mencionan que el mayor riesgo parece encontrarse entre los que experimentan migrañas con aura, en que el dolor de cabeza también incluye perturbación visual.
Los expertos mencionaron que las personas que padecen este tipo de migraña tienen un riesgo del doble de sufrir un ACV tras una cirugía que las personas sin migraña.
Y la posibilidad de que alguien que tenga migraña sin aura sufra un ACV después de someterse a una cirugía sigue siendo un 75 por ciento más alto que las de las personas que no padecen de migrañas”, dijo el Dr. Matthias Eikermann, uno de los investigadores principales.
El equipo de trabajo de Eikermann informó que el riesgo absoluto de que alguien padezca un ACV tras someterse a una cirugía es bajo, de manera que las personas que tienen migraña no deben asustarse. Mencionaron que incluso con el aumento del riesgo, sólo seis de cada mil pacientes con migraña con aura experimentará un ACV después de una cirugía.
“Afortunadamente el riesgo es bajo. La mayoría de los pacientes que se someten a una cirugía nunca sufren un ACV. Sin embargo, es importante que los médicos informen a los pacientes sobre el riesgo”, dijo Eikermann, quien informó que el estudio también encontró que las personas que sufren migrañas podrían tener un riesgo más alto de ACV basado en la genética.
Además, podría haber una conexión entre los vasopresores, usados para estabilizar la presión arterial durante la cirugía, y un aumento en el riesgo de ACV entre los que sufren de migrañas.
El experto mencionó que a través del estudio se pudo averiguar que una derivación cardiaca preexistente que permite que la sangre circule del lado derecho al lado izquierdo del corazón también podría ser un factor de riesgo entre las personas que sufren de migrañas.
Cada año más de 50 millones de estadounidenses se realizan una cirugía, y el ACV es una complicación potencial a largo plazo.
A pesar de lo que hemos descubierto, necesitamos hacer estudios extra para probar que afectan al riesgo de ACV antes de hacer algún cambio en la práctica clínica”, aseguró Matthias Eikermann.