La Drug Enforcement Administration (DEA) presentó los resultados de la Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas (NDTA, por sus siglas en inglés) y ahí señaló que Estados Unidos se encuentra en una de las peores crisis de salud pública en la historia de esta nación.
Durante la presentación de esta evaluación, Chuck Rosenberg, administrador interino de la DEA, señaló que el uso de drogas ilícitas es uno de los factores que más daña la salud pública estadounidense.
“El país que Trump gobernará dentro de pocos días se está hundiendo en el consumo de opioides, principalmente de heroína”, dijo el funcionario. Agregó que en 2014 alrededor de 129 personas murieron todos los días por sobredosis y 79 de ellas murieron por el consumo de opioides.
Chuck Rosenberg afirmó que el consumo de droga ha cambiado en los Estados Unidos, pues la muerte por intoxicación con drogas prohibidas se encuentra en su máximo nivel desde 2009.
Los decesos por este problema de salud ha superado incluso a las muertes por arma de fuego, por accidente automovilístico, suicidio y homicidio. Las muertes por sobredosis se triplicaron entre 2010 y 2014.
Indicó que drogas como la heroína y el fentalino están acabando con la vida de muchas personas a una velocidad impresionante. “Posiblemente se trate de una de las peores crisis de salud pública en la historia de los Estados Unidos”, comentó.