En Ciudad Juárez, Chihuahua, un médico forense patentó un sistema que ayuda a recuperar las características físicas originales de los cadáveres en avanzado estado de descomposición, a fin de apoyar en el proceso de identificación de cuerpos.
La mezcla ideada por Alejandro Hernández-Cárdenas Rodríguez contiene bicarbonato de sodio y agua tridestilada, entre otros compuestos económicos, de modo que con presupuesto de cinco pesos es posible rehidratar un dedo y con 400 un cadáver completo.
Tras ingresar al Laboratorio de Ciencias Forenses de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua y observar la elevada cantidad de cuerpos que iban a parar a las fosas comunes porque era imposible identificarlos, el galeno comenzó a trabajar en esta fórmula que permite recuperar huellas dactilares, señas particulares como tatuajes, lunares y cicatrices, así como características del rostro.
El trabajo de investigación para desarrollar esta tecnología inició en 2003, pero fue un año más tarde que logró recuperar una huella dactilar, y en 2008 rehidrató un cadáver completo.
Aunque recibió solicitudes de la DEA y el FBI para usar su técnica en Estados Unidos, fue imposible hacerlo, pues aún carecía de patente, la cual fue solicitada en 2010 ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y otorgada en fechas recientes para facilitarle su difusión en otras partes del mundo.
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