En los últimos años numerosos casos de supuestas negligencias médicas han salido a la luz pública, ocasionando que el prestigio de muchos profesionales de la salud se vea afectado.
De acuerdo a algunos expertos, las negligencias médicas ocurren cuando el médico actúa sin cumplir con las normas que rigen su profesión, es decir, se producen bajo una omisión consciente en el que se deja de cumplir un acto que el deber funcional exige.
Una buena parte de estas negligencias pueden ocurrir al interior de los consultorios de los médicos generales, tal y como lo comenta el doctor Bardo Andrés Lira Mendoza, especialista en urgencias médicas quirúrgicas, en entrevista exclusiva para Saludiario.
Existen muchos factores que pueden dar pie a una supuesta negligencia médica. Uno de ellos puede ser causado por el acceso a las nuevas tecnologías. De tal manera que ante la sospecha de un problema de salud, el paciente investiga en internet lo que tiene. Cuando acude al consultorio y el médico da un diagnóstico que no concuerda con lo que el paciente dice, éste puede argumentar que el doctor no sabe lo que hace y podría terminar tachándolo de poco profesional.
Lira Mendoza añade que a este problema también se añade la falta de comunicación entre el médico y el paciente.
Muchas demandas también tienen su origen en esta falta de comunicación. Y es que a veces no es que el médico sea bueno o malo, sino que no sabe comunicar al paciente qué es lo que tiene, o cómo se encuentra su estado de salud, lo que provoca que el paciente se sienta enojado y defraudado respecto al servicio ofrecido por el médico.
El médico no está preparado para enfrentar una demanda médica
Una demanda por negligencia puede ser una de las peores experiencias que puede experimentar cualquier médico, pues tanto sus finanzas como su prestigio pueden verse afectados.
Un estudio publicado por el New England Journal of Medicine, menciona que a los 65 años, el 75 por ciento de los médicos pertenecientes a las especialidades de bajo riesgo habrá sido demandado en comparación con el 99 por ciento de los profesionales de la salud que cuentan con especialidades de alto riesgo.
De acuerdo con Andrés Lira Mendoza, la mayoría de los médicos no están bien asesorados y no están asegurados para defenderse en caso de una demanda médica por negligencia.
El médico es demandado, trata de defenderse, pero la mayoría de las veces no sabe cómo actuar legalmente, lo que puede representar para el profesional un desgaste económico, emocional y profesional. Y si se llega a demostrar que el médico no tuvo la culpa, mucho menos sabe cómo contrademandar porque no invierte tiempo en investigar, lo que me parece un desequilibrio de justicia.
Médicos recurren a la medicina defensiva
A causa de esta situación, muchos médicos deciden ampararse en la medicina defensiva por temor a ser demandados por sus pacientes.
Bajo este contexto, la Conamed menciona que el incremento de demandas por presuntas negligencias médicas a orillado a muchos médicos a ejercer este tipo de recursos.
Esto ocurre cuando el médico sospecha que una desmejora o incluso la muerte de su paciente podrían ocasionarle serias consecuencias como una demanda bajo el argumento de no haber practicado los exámenes suficientes o por haber omitido cualquier otro estudio. Por esta razón muchas veces el médico exagera prescribiendo medicamentos o análisis clínicos para defenderse.
Sin embargo, la medicina defensiva está ocasionando “que se pierda la base artística del acto médico que es la exploración física y el interrogatorio profundo. Si se hace un buen interrogatorio, éste puede llevar al 70 por ciento de los diagnósticos y la exploración física puede revelar casi un 25 por ciento, y el último 5 por ciento se emplea en los estudios clínicos sólo para corroborar”, aseguró el médico urgenciólogo.
El doctor Andrés Lira Mendoza recomienda a los médicos documentar todo, pues la historia clínica de los pacientes puede convertirse en un documento legal y funcionar como una herramienta de defensa.
Consejos para detectar una emergencia médica y no caer en negligencia
Por esta razón, el especialista da algunos consejos que los médicos generales pueden tomar en cuenta al momento de diagnosticar una emergencia médica y no caer en negligencia:
“Los médicos deben ser capaces de detectar el 85 por ciento de las enfermedades en su consultorio para después remitirlo con el especialista en caso de ser necesario. Pero cuando se remita al paciente, el profesional debe hacerlo con conocimiento de causa. Un médico general quizá no haga diagnósticos muy específicos pero debe tener una sospecha de cuál es el problema que hay que resolver.
“Por eso es necesario que el médico utilice el sistema Triage para determinar quién está grave y quién no lo está. Si alguien llega con un dolor abdominal, entonces el médico debe analizar cuáles son los casos más probables para un dolor abdominal. Quizá hay 21 diagnósticos posibles, entre ellos a lo mejor una infección de las vías urinarias, una colitis espástica, una apendicitis o una gastroenteritis. El médico debe poner los diagnósticos en jerarquías, los diagnósticos más probables para posibles soluciones y después realizar el diagnóstico de riesgo.
“Hay que tomar en cuenta la historia clínica, la evolución del padecimiento, los signos vitales para ir descartando los diagnósticos de potencial riesgo para que el médico sepa si puede atender ese problema en su consultorio o lo manda con un especialista.
“El médico debe determinar las urgencias graves a partir de situaciones o signos cardinales que puedan determinar una enfermedad grave. La primera de ellas y la más rápida es la alteración de los signos vitales. A veces también influyen los antecedentes. Quizá el médico tiene a una persona con fiebre, con más de 38 grados. Si sólo es la fiebre, el médico debe revisar si existe alguna causa como una infección de vías urinarias. Pero en el caso de un recién nacido, una fiebre puede evolucionar a la sepsis de forma inmediata.
“En una persona mayor que padece una enfermedad crónico degenerativa como diabetes o hipertensión, y que ha perdido la conciencia, se deben jerarquizar los diagnósticos más graves que pueden ser desde una hemorragia cerebral o una hipoglucemia. Si el médico no lo puede resolver en los primeros 10 o 15 minutos, entonces lo debe mandar de inmediato a urgencias. En un dolor de pecho es importante investigar si existe algún antecedente como para hacer sospechar de una cardiopatía isquémica”.
La toma de decisiones involucra una serie muy amplia de conocimientos, por lo que siempre es muy importante que el médico registre cuál es el problema principal. “A veces sólo es cuestión de sentido común”, finalizó Bardo Andrés Lira Mendoza.