Para los médicos es evidente que el virus de la influenza se transmite con facilidad de una persona a otra y puede producir epidemias estacionales, no obstante, aunque la población suele verse aquejada por la infección hasta ocasionar cuadros mortales en algunos casos, hay mucha gente que muestra renuencia a vacunarse.
Como parte de la Campaña de Vacunación contra la Influenza Estacional 2016-2017, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (CDMX) aplicará 2 millones 463 mil 89 dosis gratuitas durante esta temporada invernal, y aunque la inmunización puede tener grandes beneficios para la sociedad, lo cierto es que no todas las personas están dispuestas a vacunarse porque atienden a mitos como estos:
La vacunación es sólo para niños
En conferencia de prensa el doctor Rodrigo Romero Feregrino, secretario de la Asociación Mexicana de Vacunología (AMV), recordó que, si bien es cierto que hay grupos más vulnerables que otros (como niños, ancianos y enfermos crónicos), las personas suelen creer que la vacuna contra influenza está dirigida solamente a los infantes, no obstante, “está indicada para todos los que tengan más de seis meses de edad y más para las personas que tienen algún riesgo, por ejemplo, las embarazadas”, ya que, sin importar la edad, las personas deben vacunarse.
Cada año se pone la misma vacuna
En su intervención, el doctor Jorge Baruch Díaz Ramírez, Director de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero (CAPV) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la gente desconoce que la vacuna se prepara con base en las cepas que se espera estarán presentes en la temporada invernal, de modo que se modifica anualmente.
En este sentido, cabría advertir a las personas que “cada año cambia la composición de la vacuna además de que los anticuerpos que generamos duran entre siete y nueve meses. Después de ese tiempo, hay que poner otra dosis.”
La vacuna no es el único método que previene influenza
Romero reconoció que se le puede explicar a las personas que lavarse constantemente las manos, evitar el contacto con mucha gente o estornudar en el antebrazo ayuda prevenir contagios, sin embargo, hay que hacer énfasis en que “eso disminuye muy poco el riesgo; la verdadera [medida] efectiva es la vacunación”.
Los antibióticos son más útiles que la vacuna contra influenza
La gente cree erróneamente que el mejor tratamiento es siempre el uso de antibióticos, si bien sólo deben emplearse ante complicaciones que tienen que ser evaluadas por el médico para confirmar la necesidad de este tipo de terapia.
Al respecto, el Díaz señaló que “la apuesta a nivel de la salud pública es crear una conciencia de la medicina preventiva porque es mucho más efectiva, menos costosa y repercute menos en la salud de la población que la medicina paliativa o curativa”.
La vacuna contra influenza hace daño
Este año las inoculaciones contienen cepas virales de influenza aprobadas y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para virus A H1N1, A H3N2 y Tipo B, sin embargo, la población en general desconoce estos datos, por ello, Díaz destacó que debe explicarse a la gente que “hay una inagotable fuente de evidencia científica que muestra que la vacuna es efectiva en la prevención de la enfermedad. Es costo-efectiva, porque se gasta menos en la prevención que en atenderla”.
Datos de la OMS señalan que la tasa anual de influenza es de 5-10 por ciento en adultos, y de 20-30 por ciento en niños, además, es causa de hospitalización y muerte en los grupos de alto riesgo.