Convertirse en médico emprendedor implica adquirir un sinfín de responsabilidades que pueden llegar a ser no sólo absorbentes, sino también desgastantes.
Sin embargo, para que el médico consiga tener el respiro que necesita sin sacrificar la productividad y calidad del trabajo que se necesita al interior de la empresa de salud es necesario que aprenda a delegar responsabilidades, no obstante, para hacerlo de la mejor forma y sin generar estrés, hay que tomar en cuenta estos aspectos:
Nadie es indispensable
Muchas veces el médico emprendedor se siente en la obligación de llevar rígido control de todas las actividades de su empresa de salud, pero lo cierto es que no es necesario que lo haga, ya que hay más gente con la capacidad necesaria para ayudarlo en sus labores, lo único que hace falta es que aprenda a reconocerlo y a confiar en las cualidades de sus colaboradores.
Trabaja con listas
Se trata de realizar un ejercicio autocrítico. Para efectuarlo es necesario papel y pluma, ya que en una columna el médico emprendedor debe escribir con la mayor objetividad posible aquellas tareas en las que su participación es imprescindible, y en otra las labores que pueden depositarse en manos de distintas personas, de modo que hay que anotar quién es el “afortunado” en cada una de ellas.
Usa la tecnología
Además de delegar responsabilidades en sus colaboradores, el médico emprendedor puede recurrir a la tecnología, así que primero hay que identificar las tareas que pueden automatizarse, por ejemplo recurrir a algún software para que los pacientes agenden sus propias fechas de cita en lugar de estar atendiendo llamadas telefónicas todo el día.
Elige sabiamente
Para delegar responsabilidades sin tener remordimientos de conciencia, sobra decir que hay que rodearse de un equipo de colaboradores muy capaces, en caso contrario, la responsabilidad siempre irá en aumento e, incluso, para algunas tareas será necesario recurrir a elementos externos a la empresa de salud.
Monitorea
Delegar puede brindar la oportunidad de relajarse, pero no en exceso, ya que toda tarea debe ser supervisada estrictamente al principio y después con cierta periodicidad para estar seguiros de que vamos por el camino correcto.
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