En los últimos meses el cambiante precio del dólar ha afectado a prácticamente todas las industrias del país, incluido el sector salud, donde los precios de las medicinas se han incrementado mientras que la demanda de servicios médicos privados ha disminuido. Sin embargo, esto no es nada comparado con lo que sucedería de llegar Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.
Si bien al principio de la jornada electoral la victoria del magnate parecía poco probable, con el paso de las horas ésta parece más cercana y el peso lo ha resentido, como han podido constatar quienes han seguido de cerca los resultados preliminares. De hecho varios analistas financieros aseguran que una eventual victoria de Trump dispararía el precio del dólar hasta los 24 pesos de forma inmediata.
De ser así, seguramente el aumento del 35 por ciento en el costo de los equipos médicos y medicinas presupuestado por el secretario de salud José Narro Robles para finales del año en curso se aumentará, derivando en el cierre de más y más farmacias alrededor del país. Algo similar sucedería con las clínicas y hospitales privados, las cuales han visto reducida su demanda con el incremento del dólar.
Por si fuera poco, es importante recordar que ya en el mes de julio la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM) denunció una deuda por parte las instituciones públicas de salud de aproximadamente 531 millones de dólares, por lo que una variación en el precio del dólar incrementaría significativamente el monto de dicha deuda.
No cabe duda que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca tendrá repercusiones sumamente negativas para la industria de la salud en México, muchas de las cuales se verán reflejadas en el momento en el que se confirme su victoria, mientras que otras tantas se irán presentando con el paso del tiempo.
Así las cosas, nuestra única esperanza parece ser rezar… y que el sistema sufra una caída.