Hace apenas unos días el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism dio a conocer el artículo “Efficacy and Safety of an Injectable Combination Hormonal Contraceptive for Men” con los avances del anticonceptivo inyectable para hombres co-patrocinado por Naciones Unidas, una opción médica largamente esperada, sin embargo, el estudio se le escapó de las manos a los investigadores y se suspendió prematuramente, lo que levantó criticas en redes sociales.
Para dar seguimiento a este método anticonceptivo masculino, 320 hombre de distintos países recibieron una inyección cada dos meses desde 2008, la cual contenía principalmente progesterona y una forma sintética de testosterona. La fórmula mostró efectividad del 96 por ciento, sin embargo, 20 participantes decidieron abandonar el estudio debido a los efectos adversos, lo que afectó el avance de la investigación en una decena de centros de salud.
¿Y cuáles fuero estos efectos secundarios?.. Depresión, acné y aumento de líbido.
Aunque estaba previsto que el estudio finalizara al concluir 2012, la fecha de cierre tuvo que anticiparse a marzo de 2011.
Según un estudio publicado recientemente en Archives of General Psychiatry, en el caso de las píldoras anticonceptivas femeninas, entre el 20 y 30 por ciento de quienes las toman experimentan depresión y tienen que tomar medicamentos para controlarla, mientras que la presente investigación concluyó porque ese efecto apareció en el 3 por ciento de los hombres que probó la inyección anticonceptiva.
Las reacciones en Twitter no se hicieron esperar pues, por ejemplo, una usuaria escribió:
El anticonceptivo masculino da a los hombres efectos secundarios, por lo que no estará disponible. El anticonceptivo femenino da efectos secundarios, ¿y qué?
El anticonceptivo masculino causaría acné, aumento en la líbido, dolor en el lugar de la inyección, desórdenes emocionales, dolores musculares y bajo conteo de esperma después de suspender el tratamiento, mientras que las píldoras anticonceptivas femeninas pueden producir desórdenes emocionales, acné, aumento de peso, pérdida de deseo sexual, dolor en senos, debilitamiento de huesos y riesgo de contraer infecciones.
Al respecto, uno de los autores de la investigación explicó que el problema no es de índole científico, sino social, pues recordó que en 1976 se creó la píldora anticonceptiva y sólo 25 años más tarde se ha explorado un método de contracepción masculina.