¿Cuántas veces has recibido en tu clínica o consultorio a pacientes que acuden con una cierta idea de cual será su diagnóstico, sólo para sorprenderlos con otro completamente distinto?, seguramente más de un par de ocasiones. Tal es el caso de una mujer en Georgia, quien acudió al médico por cálculos renales y salió del hospital con un bebé en manos.
La historia comienza hace una semana, cuando Stephanie Jaegers acudió al médico como consecuencia de fuertes dolores abdominales, mismos que la mujer creyó podían deberse al desarrollo de cálculos renales; sin embargo, mientras se encontraba siendo evaluada el técnico le preguntó qué tan avanzado se encontraba su embarazo, ante lo cual la mujer se mostró indignada, pues además de todo se encontraba en medio de su periodo menstrual.
Tras el pequeño “altercado” la mujer fue trasladada al quirófano, donde un ultrasonido confirmó la evaluación del técnico, la mujer se encontraba embarazada y en pleno proceso de dar a luz, aunque con alguna que otra dificultad, pues el producto se encontraba sentado con los pies a la altura de la cabeza.
Al final del día Stephanie y Michael Jaegers pudieron abandonar el hospital con Shaun, su nuevo hijo, quien indudablemente pasará a la historia de la familia Jaegers como el cálculo renal más grande que haya existido.