La distribuidora de medicamentos Marzam descartó que la investigación iniciada por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) muestre colusión en la industria farmacéutica y confió en que el proceso concluirá en mayor transparencia en el sector.
En entrevista para El Universal, el director de esta empresa dedicada a llevar medicinas a las farmacias, José Alberto Peña, señaló que:
La situación que hoy estamos viviendo en Marzam y me queda claro que en la operación día a día no hay influencia de Nadro ni de nadie.
Luego de presentarse la filtración de documentos confidenciales de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca, con la que, en primera instancia diarios alemanes y luego el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés), expusieron las maniobras que jefes de estado, líderes empresariales, deportivos, políticos y hasta estrellas de la farándula, entre otras personalidades, realizaban para ocultar ganancias, negocios y propiedades a fin de evadir impuestos, especialistas señalaron la necesidad de investigar el sector de la distribución de medicinas en México.
Datos de representantes de esta industria han señalado que Nadro y Marzam controlarían el 50 por ciento del mercado farmacéutico privado del país, con participantes del 32 y 17 por ciento, respectivamente, de ahí el interés de la Cofece por investigar supuestas prácticas monopólicas que encarecerían el costo de los medicamentos.
En mayo pasado el ente antimonopolios levantó una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República (PGR) en contra de todos los actores involucrados en la adquisición de la empresa Marzam por un consorcio holandés llamado Moench Coöperatief, pues se maneja la posibilidad de que la operación se haya realizado ocultando información.
Alejandra Palacios Prieto, comisionada presidenta de la Cofece, señaló que la denuncia se basa en información arrojada por los #PanamaPapers, en la cual se evidenció que Marina Matarazzo y su esposo Pablo Escandón, dueño de Nadro, estuvieron involucrados en la compra Marzam, la cual fue propiedad de Genomma Lab hasta 2015.
Aunque Palacios aclaró que los detalles de la investigación se mantienen en secreto porque “las averiguaciones previas están en reserva”, aseguró que cooperan con las instancias penales puesto que los involucrados habrían rendido informes falsos y mentido a la autoridad al recurrir al despacho Mossack Fonseca para realizar la transacción en la que Marina Matarazzo aportó 83 millones de dólares, como lo reveló Aristegui Noticias el 6 de abril pasado.
Ante este contexto, José Alberto Peña ha afimado que en Marzam están “en la mejor disposición de interactuar con cualquier autoridad”, pues entre más transparencia exista en el sector de medicamentos su relación con el gobierno y con sus socios será mejor, ya que su “tirada es ganar mercado y pegarle a todos los competidores”.
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