Conversar es parte de tu día a día del médico, con tus pacientes, colegas o posiblemente con tus socios. Como médico, no sólo es importante lo que dices, sino cómo lo dices. La forma en que te comunicas con otras personas puede definir de qué forma quieres ser conocido.
Por eso, a continuación te presentamos algunos consejos que te ayudarán a afinar la comunicación de tu cuerpo:
Adopta una buena postura
Si bien una buena postura física, como pararte y sentarte derecho habla bien ti, esto va más allá. Es decir, no sólo se trata de una simple postura física, sino también de un estado mental, por lo que al trabajar tu postura, enmarcarás quién eres y lo que eres capaz de hacer.
Adiós a la tensión
Si estás por ofrecer una conferencia sobre un tema de salud o debes entrevistarte con alguien muy importante y te sientes nervioso, entonces llegó la hora de relajarte. Si tu cuerpo está rígido será inevitable que reflejes nerviosismo e inseguridad. Cuando estas dos cosas se combinan, tu cara y la postura de tus pies manos y pies te delatarán. Así que para reflejar seguridad tu postura debe lucir natural, nunca mecanizada o fingida. Mantén tu espalda recta pero no subas el pecho. Tu mentón debe estar a 90 grados, pues demasiado abajo dará señales de inseguridad y demasiado abajo comunicará arrogancia.
Mantén contacto visual
Tus ojos son capaces de transmitir todo lo que eres. Por lo tanto, para reflejar confianza en tus pacientes debes mandarles la señal correcta que te ayudará a comunicarles seguridad y profesionalismo. Al mantener contacto visual, el tono de tu voz también puede adquirir mayor resonancia y energía vocal. Esto te ayudará a encarnar la integridad, la confianza y la autoridad que necesitas transmitir a tus pacientes.
Saluda de mano, atenta y relajadamente
Saludar de mano, además de ser un acto de cortesía, también denota confianza y liderazgo. Un saludo con las manos por lo general es el primer contacto táctil con el que inicias una relación con tus pacientes. Cuando lo hagas:
- Recuerda ver siempre a los ojos de quien saludas, no a la mano. Tu palma de la mano debe estar de manera recta y con los dedos bien extendidos.
- Ofrece un apretón de manos firme, pero sin tratar de destrozar la mano ni dar un saludo débil.
- Sonríe, a la mayoría de los pacientes les gusta tratar con profesionales de la salud amables y sonrientes, que con médicos serios e inexpresivos.
Recuerda que para que tus pacientes confíen en ti, primero debes ser tú quien les inspire confianza.