Dado que las cepas de la gripe cambian cada año, los investigadores se ven obligados a formular nuevas vacunas, no obstante, científicos de las universidades británicas de Lancaster y de Aston, y la española Complutense de Madrid (UCM), han formulado dos inmunizaciones que evitarían este inconveniente.
Una de las vacunas desarrollada para Estados Unidosofrecería protección del 95 por ciento entre su población, y la otra, creada para el resto del mundo, alcanzaría cobertura del 88 al 97 por ciento.
Aunque la mayoría de los contagiados con virus de gripe se recuperan en una o dos semanas, niños pequeños, adultos mayores y personas con afecciones médicas graves pueden presentar complicaciones de enfermedades subyacentes y enfrentar neumonía o la muerte.
Al respecto, una gráfica proporcionada por Statista con información de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) señala que Estados Unidos es el miembro de este ente con más números de muertes por esta causa, ya que sólo en 2013 registró 3 mil 550 fallecimientos, mientras que Japón y Francia se colocan en el segundo y tercer puesto de cifras negras, alcanzando mil 514 y 597 fallecimientos, respectivamente, números de los que, por fortuna, México se encuentra lejos, con 91 desenlaces fatales registrados.
Por ello, estas formulaciones están basadas en epítopos T (fragmentos del virus reconocidos por los linfocitos T), ya que “una vacuna T persigue la inducción de una memoria protectora en los linfocitos T”, explicó Pedro A. Reche, investigador del departamento de Microbiología I de la UCM y uno de los coautores del estudio que dio luz a este avance tecnólogoico.
Durante el trabajo de investigación se usaron herramientas de biotecnología computacional para seleccionar los diferentes epítopos respondiendo a criterios inmunológico de conservación y cobertura.
Los epítopos T seleccionados fueron verificados experimentalmente y son capaces de inducir respuesta inmunitaria.
Ambas vacunas poseen el mismo componente de epítopos T CD4, aunque varían en los T CD8, además, su cobertura fue calculada usando frecuencias genéticas de moléculas HLA que, explica Reche, están implicadas en el reconocimiento inmunológico:
La cobertura se corresponde con el porcentaje de la población que expresa alguna de las moléculas HLA que presentan los epítopos T incluidos en la vacuna. El cálculo es simple, lo complicado es obtener las frecuencias genéticas cuando se combinan distintas poblaciones.
Actualmente, el equipo de científicos busca entrar en contacto con compañías farmacéuticas que desarrollen sus inoculaciones.
Los resultados de su trabajo de investigación fueron dados a conocer en Bioinformatics: “Towards the knowledge-based design of universal influenza epitope ensemble vaccines”.
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