Todo médico sabe lo que es pasar por la residencia médica. Si ya eres un médico con experiencia, seguro recordarás aquellas noches en vela atendiendo situaciones de urgencia, muy posiblemente con cara de agobio.
Durante esta etapa del médico, pareciera que las actividades parecen nunca tener fin, siempre de guardia en guardia, de informe en informe y por lo general, de pánico en pánico, de día y de noche.
No hay tiempo para más en la vida de los médicos residentes, por eso, la depresión y el cansancio mental son dos problemas que suelen padecer quienes desean convertirse en verdaderos médicos especialistas, porque sencillamente, la vida que llevan, a la mayoría los hace volverse más vulnerables.
Residentes deprimidos, los encargados de cuidar la salud de otros
Una investigación realizada por la American Medical Association (AMA) , publicada en la revista JAMA, indica que la prevalencia de la depresión entre los médicos residentes a nivel mundial oscila entre el 20.9 por ciento y el 43.2 por ciento. De acuerdo a este trabajo, la depresión en la población en general alcanza la cifra de 16 por ciento.
En opinión de la AMA, esta situación puede ser muy arriesgada.
Los médicos residentes que sufren depresión, ansiedad y estrés por las altas cargas de trabajo pueden cometer una serie de errores ciertamente sin malicia, pero que pueden poner en peligro la vida de los pacientes. De esta forma la confusión de datos clínicos, errores médicos, lapsus éticos y cuidados que para nada son compasivos pueden estar a la orden del día. Por si fuera poco, los sistemas de aprendizaje en muchas instituciones de salud no facilitan que disminuya la presión para que de esta forma los pacientes reciban el tratamiento adecuado.
El estudio agrega que “los médicos no pueden enfermarse. En la mayoría de los hospitales de Estados Unidos está mal visto que un médico residente se enferme; son carne de cañón”.
En México no es diferente
En un estudio publicado en la revista Medwave titulado: “Médicos residentes en México: tradición o humillación”, se menciona que el personal de residentes, “es utilizado por los sistemas de salud privado y público como mano de obra barata, en condiciones de alimentación inadecuada, con abuso físico en su horario laboral, sometido a una alta presión académica y con un sueldo beca que humilla toda la labor ejercida por este medio de formación… ¿qué médicos necesitamos en el país?”.
El problema de la salud mental en los médicos residentes
En tanto, Antoni Arteman, responsable del programa de la clínica Galeta, en Barcelona, España, afirma que han detectado un gran número de médicos jóvenes que acuden por problemas de salud mental.
Nuestro programa garantiza el anonimato y mucha discreción. Recibimos muchos casos procedentes de la asistencia primaria y hospitales de grandes centros urbanos. La vida del residente esta sometida a una vida en la que debe explorar, interrogar, solicitar pruebas, dar explicaciones, curar. Pero eso no es lo que los enferma, sino la dificultad de realizar todas esas actividades sin la preparación adecuada, lo que conlleva un exceso de trabajo. Los médicos residentes no pueden ser tratados como mano de obra barata; se debe terminar con la idea de que la residencia ha de ser dura, que es para sufrir, puntualizó Arteman.