De acuerdo con Charles Darwin la evolución de las especies se da como resultado de diferentes procesos, siendo quizás el más conocido de ellos la selección natural, proceso que el ser humano ha logrado “evitar” a través de la reproducción asistida… aunque no del todo según revela un nuevo estudio.
La inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI) es uno de los procedimientos de reproducción asistida que más se utiliza en el mundo para ayudar a procrear a aquellos hombres que presentan un bajo conteo de esperma, espermas con malformaciones o espermas con baja motilidad, todos ellos problemas que serían transmitidos a su descendencia.
Para corroborar lo anterior un grupo de investigadores de la Universidad de Bruselas (institución donde fue desarrollada esta técnica) analizó a 54 varones de entre 18 y 22 años de edad, todos ellos concebidos a través de ICSI, y comparó sus resultados con el de 57 varones de la misma edad que fueron concebidos de la forma tradicional.
Los resultados arrojaron que aquellos varones nacidos a través de la citada técnica de reproducción asistida no sólo poseían la mitad de concentración de espermatozoides que el resto de los sujetos de prueba, sino que además tenían un conteo total menor de espermas con buena motilidad.
Asimismo los hombres nacidos gracias al ICSI se mostraron 3 veces más propensos a tener concentraciones de espermatozoides por debajo de los niveles “normales” establecidos por la Organización Mundial de la Salud (15 millones de espermatozoides por mililitro de semen) y 4 veces más propensos a tener un conteo total menor de 39 millones.
No obstante estos resultados poco halagüeños para las personas nacidas a través de este método, el profesor Andre Van Steirteghem, líder del proyecto, indicó que si bien los problemas reproductivos de los padres pueden ser transmitidos a los hijos, existen muchos otros factores que influyen en la calidad del esperma de sus descendientes.
Sin lugar a dudas una interesante investigación que dará mucho que hablar, pues mientras que algunos la ven como un recordatorio de que los procedimientos de reproducción asistida no son una solución para la infertilidad, otros la consideran como una prueba de que los problemas de los padres no son, necesariamente, problemas de los hijos.
Los resultados del estudio fueron publicados en Human Reproduction.