Si te gusta la comedia negra tienes que leer “La casa de Dios” de Samuel Shem, una novela en la que el escritor combina su experiencia como médico y su talento como escritor en una historia catártica para los facultativos, una forma de recrearse en lo mal que la pueden pasar.
Los brillantes licenciados de las mejores facultades de medicina, “Roy Basch“, narrador y protagonista en esta obra considerada best seller, “Chuck”, un afroamericano que siempre lleva consigo una buena dosis de whisky, “Runt”, un judío que se psicoanaliza, y “Potts”, un emigrado del sur, son aceptados en uno de los hospitales más prestigiosos, la “Casa de Dios”, para cursar un año de prácticas que estará marcado por humor y sexo como medio para confrontar la muerte cada día.
A lo largo de las páginas de este libro se multiplican los episodios de aprendizaje en el campo de la medicina enmarcados por la impostura de cientificismo y la dureza de la enfermedad con trágicos desenlaces.
Sin embargo, en el sabio “Gordo” los médicos en formación encontrarán a un maestro que les dará indicios de cómo dañar menos a los pacientes, algunos de ellos seniles e indestructibles, siempre que no pretendan curarlos, mientras “Jo”, una médica fanática busca retar a la muerte con las más crueles armas a su alcance.
Estos médicos internos verán la vida en medio del horror, aprendizaje, orgías y humor negro, pero siempre con el anhelo de salvar a sus pacientes. Se trata, según han señalado las críticas desde que esta obra se escribió en 1978, de una “autopsia de la medicina moderna”, la cual no ha perdido vigencia pese al paso del tiempo.
Imagen: Gandhi