Aunque la visita médica debería considerarse como algo benéfico para el bienestar de las personas, el sudor en las manos y palpitaciones rápidas podrían ser señales del llamado síndrome de la bata blanca.
¿Qué es el síndrome de la bata blanca?
Ocurre cuando la presión arterial de un paciente se eleva al estar frente a un médico o cuando se encuentra en un entorno clínico, por lo que esta condición afecta a todos, trátese de hombres, mujeres o niños.
Lo curioso de esta situación es que la presión arterial de los pacientes sólo se incrementa cuando se encuentran en un consultorio o en un hospital, pero sus lecturas pueden ser normales en cualquier otro lugar.
La falta de confianza hacia los médicos, los exámenes clínicos o imaginar que se padece una enfermedad grave pueden ser los detonantes de este síndrome. Por eso, a continuación te presentamos algunos tips con los cuales podrás tranquilizar a tus pacientes:
Entra en confianza con ellos
Si notas que tu paciente está nervioso, platica con él y dile que sentir miedo es normal. Si programaste una próxima consulta con él, anímalo a que, antes de acudir a tu consultorio, medite sobre lo que sucede en su mente antes de una visita a tu consultorio, de esta forma será más sencillo hacer frente a la ansiedad.
Médico igual a dolor
Muchas personas relacionan ir al médico con el sentimiento del dolor. Un claro ejemplo es el miedo a la inyecciones. Si tienes pacientes con estas características, infórmale que el beneficio de aplicarse una vacuna o cualquier otro medicamento a través de una inyección es mucho mayor que el hecho de no hacerlo por la simple razón de sentir miedo.
Las pruebas médicas son para prevenir
De igual forma, hay pacientes que entran en pánico cuando saben que deben someterse a una prueba clínica. Si esto ocurre con algunos de tus pacientes, dialoga con ellos y menciónales que estos estudios son necesarios para prevenir ciertas enfermedades, por lo que representan una gran ventaja para asegurar su bienestar.
Tu paciente puede ir acompañado
Si no aconsejas lo contrario, es posible que tu paciente se sienta más seguro si acude a tu consultorio en compañía de alguien más: un amigo, cónyuge o cualquier otra persona de su confianza. Saber que no se encuentra solo contigo, puede darle más serenidad.
Dile lo que puede esperar del tratamiento o de los estudios
Otra recomendación para reducir la ansiedad es hablar con ellos sobre lo que pueden esperar de su tratamiento o lo que puede pasar durante una intervención quirúrgica. Explícale qué tipo de dolor puede experimentar, por cuánto tiempo y los sentimientos que podría experimentar antes y después del procedimiento, para que llegado el momento, no se sienta sorprendido.