Históricamente, la vanidad se ha relacionado siempre con la belleza femenina y tiene sus inicios en las pantallas de cine del mundo que dominó tendencias por décadas enteras. En la actualidad el rasero de la belleza aplica tanto para mujeres como para hombres en todo el mundo y el género masculino se hace cada vez más consciente de ello.
Los hombres han cambiado su comportamiento en lo que respecta a sus hábitos de consumo para el cuidado personal y de belleza. A su interés por el éxito económico y los deportes, se suma el mejoramiento de su estado físico por medio de una rutina de ejercicios dirigidos y personalizados y en procedimientos estéticos.
Es tan evidente el aumento del comportamiento masculino con respecto a los procedimientos de belleza, con cierto grado de invasión, que las clínicas y centro de estética se preparan para asumir el incremento en fechas especiales en que las esposas regalan productos de belleza y sesiones de limpieza facial y cirugías estéticas de todo nivel, a sus maridos, además de perfumes, bloqueadores y cremas, productos específicamente diseñados y creados para hombres.
El interés de los hombres en la actualidad está dirigido a cuidarse cada vez más; los hombres mayores están interesados en cuidarse y detener el “paso del tiempo”, lo que los lleva a invertir un porcentaje de sus ingresos en procedimientos estéticos y va en aumento la consideración de someterse a algún tipo de cirugía estética ligada más al cuerpo que a cambios y cuidados faciales.
Según la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica [1], los hombres que se someten a una cirugía plástica se encuentran entre los 18 y 35 años. A menor edad el interés es tanto facial como corporal, a mayor edad la preocupación se centra en su parte corporal.
La vanidad masculina ha cambiado la perspectiva en cuanto a verse más atractivos y ha generado un cambio importante en la forma de ver los procedimientos estéticos y las cirugías plásticas.
Los medios de comunicación cuya actividad está centrada en los temas de moda, belleza y celebridades, contribuyen a que las personas se involucren más con los conceptos y tendencias de la apariencia física y los estándares de belleza relacionándolos con productos y servicios, aumentando su consumo. Notándose especialmente en el creciente aumento de gimnasios y centros de acondicionamiento físico.
Colombia se ha convertido en uno de los destinos preferidos por extranjeros, para procedimientos y cirugías con fines estéticos, debido a que, en términos de innovación, se busca realizarlos de manera menos invasiva pero eficaz, proporcionando una recuperación más corta y menos dolorosa, sin perder de vista el objetivo principal, la efectividad. [1]
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