En 1879 se sintetizó la sacarina, considerado el primer edulcorante artificial. El hecho no sólo representó una alternativa para los diabéticos, quienes encontraron un sustituto ideal para el azúcar aunque sin el mismo gasto calórico, sino que también, a la larga, marcó el inicio de un nuevo tipo de componentes: los ingredientes light.
Éstos se caracterizan por modificar la composición de los alimentos o bebidas de los cuales forman parte disminuyendo o eliminando elementos como grasas, colesterol, azúcar o calorías.
Como ejemplo se encuentran:
- Aspartame: Es 200 veces más dulce que el azúcar, de acuerdo a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA). Está presente en chicles, cereales para el desayuno y bebidas como café instantáneo y té.
- Sucralosa: Conocida comercialmente como Splenda, es 600 veces más dulce que el azúcar. Se usa en productos horneados, gelatinas, postres congelados y similares.
- Glucósido de esteviol: También conocido como stevia, es entre 200 y 400 veces más dulce que el azúcar. Se volvió popular a partir de que compañías como Coca-Cola lo incluyeran en sus productos como parte de una estrategia por incluir bebidas bajas o nulas de calorías en su portafolio con el fin de hacer frente a los problemas de obesidad y sobrepeso que aquejan a la población, y así, brindar más opciones al consumidor. También es de uso frecuente en chicles.
- Sacarina: Entre 200 y 700 veces más dulce que el azúcar. Suele usarse en bebidas, jugo de frutas y comidas procesadas.
En cuanto a la diferencia entre las denominaciones “reducido”, “bajo” o “sin calorías”, básicamente dependen de la cantidad de componentes de este tipo que contenga un alimento o una bebida respecto a una porción determinada.
Si bien, muchos ingredientes light surgieron con fines comerciales, hoy en día se debería reconsiderar su propósito tomando en cuenta que actualmente muchas personas demandan alimentos y bebidas que ya no solamente sacien su hambre o sed, sino que además contribuyan a su salud.
Además, existen estudios que avalan el consumo de este tipo de ingredientes de manera segura, tal y como el que la Federación Mexicana de Diabetes realizó: Una investigación avalada por expertos en la cual “considera que los ENC (Edulcorantes no calóricos) pueden ser consumidos por la población en general” así como por personas diabéticas, ya que “resultan una herramienta adecuada para proporcionar sabores dulces sin el aporte calórico”, aunque aclara “los ENC no sirven para el control de la diabetes ni para la reducción de peso sin el complemento de un plan de alimentación correcto y un estilo de vida saludable que incluya actividad física”, cuya recomendación debe extenderse a cualquier otro componente alimenticio, no solamente a los productos con ingredientes light.
Por si fuera poco, un estudio reveló que consumir bebidas endulzadas bajas en calorías conduce a una mejora en la concentración de lípidos en las células hepáticas, beneficiando en la enfermedad del hígado graso no alcohólico a quienes padecen sobrepeso y obesidad, de acuerdo a la revista de investigación Obesity.
Al final, consumir productos light es posible siempre y cuando se haga con moderación y tomando en consideración que para lograr que México deje de ostentar uno de los primeros lugares mundiales en sobrepeso y obesidad, se vuelve necesario un esfuerzo que va más allá de la manera en la que nos alimentamos y que obligatoriamente debe incluir el realizar alguna actividad física como parte fundamental de una estrategia integral para mejorar la salud de tus pacientes.