Muchos doctores en el mundo han dedicado gran parte de su carrera en investigar acerca de la enfermedad de Kawasaki. Y es que detrás de esta enfermedad hay un misterio que todavía aún con los avances científicos, no ha sido revelado.

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Esta enfermedad fue descrita por primera vez en Japón por Tomisaku Kawasaki en 1967, y los primeros casos fuera de Japón se notificaron en Hawai en 1976. Los signos clínicos incluyen fiebre, erupción cutánea, hinchazón de manos y pies, irritación y enrojecimiento del blanco de los ojos. Además de inflamación de los ganglios linfáticos del cuello e irritación e inflamación de la boca, los labios y la garganta.

Desde que comenzó la pandemia, el nombre de esta enfermedad ha comenzado a resonar y se ha visto muy relacionada con el Coronavirus. La incertidumbre crece porque un número inusual de niños y adolescentes que viven en puntos críticos de Covid-19 como Lombardía, Italia y la ciudad de Nueva York, han desarrollado una afección inflamatoria (oficialmente llamada síndrome inflamatorio multisistémico en niños, o MIS-C) que se parece mucho a la enfermedad de Kawasaki.

Fuente: Mayoclinic.

En muchos casos, los niños también dieron positivo en la prueba de anticuerpos Covid-19, lo que sugiere que el síndrome siguió a una infección viral.

En el estado de Nueva York, se están investigando 170 casos de enfermedades inflamatorias y tres muertes relacionadas. El noventa y dos por ciento de estos pacientes dieron positivo por Covid-19 o sus anticuerpos, y casi todos tenían menos de 20 años, según datos del departamento de salud del estado.

A medida que se acumulan los informes de casos, el mundo de repente está prestando atención al raro síndrome pediátrico que ha dejado perplejos una gran cantidad de médicos durante décadas, pero que en gran parte pasó desapercibido.

Fuente: kidshealth.

La enfermedad de Kawasaki es todo un enigma

La enfermedad de Kawasaki tiene un conjunto de síntomas bien definidos. Solo unos pocos miles de casos de Kawasaki se diagnostican cada año, principalmente en niños de 5 años o menos.

En parte debido a su rareza, los médicos aún no saben exactamente qué causa la enfermedad, pero la teoría dominante es que un patógeno, muy probablemente un virus, que impulsa el sistema demonológico de un niño a sobre marcha y produce una inflamación en todo el cuerpo.

Esta inflamación puede reducirse con éxito con el tratamiento con inmunoglobulina intravenosa a base de anticuerpos, pero si no se trata oportunamente, puede provocar un daño cardíaco permanente.

Más recientemente, muchos médicos han comenzado a cuestionar esa noción. Estudios recientes han descubierto que la enfermedad de Kawasaki tiende a surgir en grupos de niños genéticamente similares, y la enfermedad puede verse ligeramente diferente según la genética subyacente del grupo.

Esto sugiere que diferentes desencadenantes podrían causar una respuesta inflamatoria en niños con ciertas predisposiciones genéticas. Es posible que el SARS-CoV-2, el virus que causa Covid-19, sea uno de esos desencadenantes.

Pero algunos investigadores no creen que los virus sean siempre los culpables. Cuando los médicos prueban un hisopo en la nariz o garganta, buscan patógenos conocidos, pero millones de cepas bacterianas viven en el cuerpo y la mayoría no recibe una segunda mirada en el laboratorio.

No saber exactamente qué causa Kawasaki también dificulta el diagnóstico. Los médicos deben confiar en los marcadores inflamatorios en la sangre, así como en los síntomas observables para realizar un diagnóstico. Tener un diagnóstico de corte y secado facilita a los médicos encontrar el tratamiento adecuado para los pacientes.

Fuente: Healthy Children Organization

Enfermedad de Kawasaki en Ecuador

A comienzos de julio del 2020, el Ministerio de Salud Pública del Ecuador, emitió un boletín informativo donde alerta sobre la prevalencia de casos clínicos en niños que parecen coincidir con la enfermedad de Kawasaki.

Según el informe, para el mes de julio del 2020, se han reportado 37 casos positivos en el territorio nacional.

Fuente: SUBSECRETARIA NACIONAL DE VIGILANCIA DE LA SALUD PÚBLICA

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