En nuestra vida existen un sinnúmero de cosas que “siempre han sido así” desde que tenemos uso de razón; sin embargo, el que las cosas “sean así” no quiere decir que las cosas estén bien hechas. Un claro ejemplo de ello son las maratónicas guardias que todo médico debe de padecer como parte de su vida profesional.
En últimas fechas algunos legisladores y médicos han comenzado a comparar las guardias médicas con una especie de “esclavitud moderna”, y si bien no comparto esta visión (pues a final de cuentas todo médico escogió su profesión), sí creo que son una terrible idea que no tiene sentido por ningún lado que se le observe.
Hasta el momento no he conocido un sólo médico que agradezca el estar de guardia o que se encuentre ansioso por atender su próxima guardia y con justa razón. Es decir, ninguno de nosotros en nuestro sano juicio abordaríamos jamás un camión o un avión cuyo conductor muestre evidentes señas de fatiga, pues el cansancio no sólo puede mermar su capacidad para desempeñar su trabajo de la mejor manera, sino que además puede poner en riesgo nuestra vida. Entonces, ¿por qué no sólo permitimos que los médicos lo hagan, sino que prácticamente los forzamos a través de la ley?
No lo sé, pero si me lo preguntan a mí, dicho razonamiento no tiene sentido ni como médico, ni como legislador y mucho menos como paciente.
Y pongo los ejemplos de los pilotos y conductores de camión porque son los que pueden tener una injerencia directa en nuestro bienestar físico, pero en realidad creo que ninguno de nosotros se atrevería a realizar su trabajo habitual durante 30 (o más) horas consecutivas, no sólo por la fatiga que tan estúpida hazaña conlleva, sino por los malos resultados que obtendríamos al realizarlo así.
Si bien no había reparado mucho en este hecho hasta recientemente, creo que el implementar jornadas laborales más “humanas” para los profesionales de la salud no se trata de cumplir un capricho de los médicos, sino simplemente de respetar su profesión e, incluso, de cuidar la salud de cada uno de los potenciales pacientes que estos médicos mal descansados deben atender.
Sea como sea, lo cierto es que las jornadas laborales de los médicos deben cambiar en beneficio de todos, pues estoy convencido que la calidad existe en todos y cada uno de los hospitales del país… pero en muchas ocasiones el cansancio es mucho mayor.