Sin darnos cuenta, muchos de nosotros ponemos etiquetas a lo que nos rodea, con ideas del tipo “eso nunca funciona” o“esto siempre es así”, de tal forma que programamos nuestra mente para obtener tal o cual resultado de nuestro entorno.
Sin embargo, un médico exitoso no suele operar de esta forma, ya que eso constituye una predisposición a que las situaciones de desarrollen de cierta manera. Por ello, en esta ocasión te tenemos tres consejos:
1. Sé lógico
Pensar por ejemplo en que has de fallar en ciertas circunstancias puede ser parte de esas dañinas etiquetas que destinan al fracaso. Por ejemplo, podemos repetirnos que no estamos hechos para dictar una conferencia sobre medicina, pues bien, cabe preguntase “¿por qué no hacerlo si se tienen tantos años de estudios y práctica con pacientes?”.
Aunque en este caso pueden colarse factores como la timidez e inexperiencia en las ponencias, lo cierto es que estos pueden superarse con práctica, la cual no llegará si atendemos a etiquetas o creencias ilógicas.
2. Confronta tus creencias
Cuando notamos problemas en ciertos aspectos de la vida personal o profesional es necesario identificar el origen de dicho conflicto, es decir, cuestionarnos qué creencias nos están poniendo en situaciones complicadas y preguntarnos por qué las hemos adoptado como conclusiones o principios para actuar.
3. Sé práctico
El médico exitoso no se limita a hacer o dejar de hacer en función de prejuicios o etiquetas que suelen parecer lógicos pero que, en realidad, limitan la libertad de actuar.
Por ejemplo, puede parecer lógico quedarse con un pequeño establecimiento de salud que garantice cierta tranquilidad económica, pero la realidad es que sin arriesgarse a invertir y renovar su empresa, el galeno se mantendrá estancado en lo que ya conoce, sin darse la oportunidad de aprender y triunfar en un campo más amplio.
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