Seguramente muchos de tus pacientes creen que por el simple hecho de no fumar su esperanza de vida debería de extenderse considerablemente; sin embargo, un estudio realizado en Suecia ha revelado que tener una mala condición física es casi tan dañino como fumar, e incluso es peor que tener la presión alta o el colesterol elevado.
Los resultados del estudio, cuya elaboración tardó 45 años, fueron publicados a inicios de esta semana en the European Journal of Preventive Cardiology y para su realización contó con la participación de 792 hombres nacidos en Gotemburgo, Suecia en 1913 y reclutados en 1963 para estudiar diversos factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
En 1967, cuando los participantes en el estudio contaban con 54 años, los 792 hombres fueron sometidos a una simple prueba física. 656 de los participantes realizaron una prueba física en la que sus cuerpos fueron llevados al límite, mientras que los 136 restantes fueron excluidos de la misma debido a su precaria condición física.
A través de dicha prueba los investigadores fueron capaces de determinar el nivel máximo de oxigenación de cada uno de los hombres, pruebas que realizaron de forma similar cada 10 años hasta 2012, fecha en que los participantes estarían cerca de cumplir los 100 años. Evidentemente no todos los participantes lograron llegar a 2012 por lo que los investigadores acudieron al Registro Nacional de Causas de Muerte para conocer las razones detrás de deceso de los participantes faltantes.
De tal modo fue que los investigadores descubrieron que aquellos participantes que habían mostrado resultados más pobres durante las pruebas fueron los primeros en morir, mientras aquellos que habían consistentemente mostrado un mejor desempeño habían tardado más tiempo en perecer.
“Los beneficios de mantenerse activo físicamente a través de la vida son innegables”, señaló el doctor Per Landenvall, líder del estudio e investigador en el Departamento de Medicina Clínica y Molecular de la Universidad de Gotemburgo, quien además agregó que, “una capacidad física pobre es una riesgo de muerte mayor que presión arterial alta o colesterol elevado”.
Sin lugar a dudas una razón más para recomendar a tus pacientes involucrarse en alguna actividad física… y para comenzar a hacerla tú también.