¿Alguna vez has dejado de comprar algo simplemente porque en el negocio al que acudiste no tenía terminal para hacer cobros con tarjeta? Seguramente así ha sido, pero ahora pregúntate: ¿te gustaría que los pacientes dejaran de ir a tu consultorio médico porque no ofreces esta opción de pago?
Por disposición oficial, el SAT demanda a las personas que quieren hacer deducibles sus gastos en servicios médicos a pagar con algún plástico, ya que las autoridades financieras usan software para conocer sus operaciones.
Quizás en este momento te preguntes qué tan rentable puede ser esta opción si no hay mucha gente que pida hacer pagos por este medio, pero la realidad es que con el endurecimiento de los controles fiscales cada vez serán más las personas que necesiten hacer pagos con tarjetas, y si son pocos los consultorios que ofrecen esta opción, seguramente serán ellos quienes acapararán a los pacientes.
A partir de la reforma fiscal de 2014 los contribuyentes que desean realizar deducciones tienen que hacer sus operaciones a través de plásticos sin importar el monto, y aunque el médico no está obligado a recibir pagos por estos medios, representan una ventaja para el consultorio porque:
- Gana la preferencia de los pacientes que desean hacer deducibles sus gastos en servicios médicos.
- Aumenta la capacidad de pago del paciente por diversos servicios (alguien que sólo iba por una consulta puede incluso tener capacidad para costear en una misma transacción estudios de laboratorio, por ejemplo).
- Facilita la contabilidad del consultorio, clínica u hospital.
- Se reduce el riesgo de pérdida por robo de efectivo.
- Se genera un historial crediticio que en determinado momento puede ser útil para el médico.
Aunque el uso de terminales electrónicas implica responsabilidades fiscales, también abre las puertas, por ejemplo, a programas de inversión para pequeñas y medianas empresas (PyMES), de modo que es momento de empezar a valorar los pros y los contras de estos recursos dentro del consultorio médico.
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