Un error bastante frecuente entre la población es normalizar la falta de sueño. El problema aumenta cuando se trata de una condición permanente porque está asociada con diversas enfermedades y algunas son bastante graves.
¿Por qué ocurre la falta de sueño?
Hay diversos motivos por los cuales una persona puede dormir mal o simplemente no descansar por las noches. Algunos están relacionados con el estilo de vida como tener un exceso de fiestas o consumir sustancias nocivas.
Además existen otros factores que influyen en el sueño como tener acontecimientos estresantes de la vida cotidiana. Desde la pérdida de un familiar hasta el estrés del entorno laboral
Independientemente del motivo, recuperar el sueño es crucial para el bienestar mental, para la productividad diurna, la calidad de vida y la salud en general.
¿Cómo afecta la falta de sueño a la salud?
De acuerdo con el Dr. Randall Wright, quien es neurólogo especializado en medicina del sueño en el Hospital Houston Methodist, hay 5 formas en las que la falta de sueño afecta la salud.
Estado de ánimo
La irritabilidad, la sensación de estrés, la falta de paciencia o atención, son las formas más obvias en que una noche de mal sueño puede afectar el estado de ánimo al día siguiente. Pero el Dr. Wright señala que las consecuencias pueden ser más serias.
Si la falta de sueño se convierte en privación del sueño, puede alterar el equilibrio de los neurotransmisores y las hormonas que respaldan el bienestar general, lo que provoca inestabilidad del estado de ánimo, inflexibilidad mental y emociones negativas.
Rendimiento físico
Si bien la rutina de ejercicios debe ser retadora físicamente, hay veces que al entrenar las personas están literalmente luchando más de lo normal para lograr su rutina. ¿Por qué? No descansar bien por la noche podría ser el culpable.
Dado que el sueño es crucial para la recuperación y reparación muscular, cantidades inadecuadas pueden evitar que tu cuerpo se recupere con la misma eficacia o rapidez después del ejercicio, lo que lleva a entrenamientos lentos e incluso a un mayor riesgo de lesiones en ciertos casos.
Toma de decisiones
Las decisiones pobres incluso pueden significar ponerse en riesgo físico, mientras conduce o trabaja, por ejemplo.
La falta de sueño también puede provocar sesgos cognitivos, como patrones de pensamiento negativos y rumiación, que pueden exacerbar los sentimientos de tristeza, ansiedad e irritabilidad. Todos recordatorios de lo estrechamente ligado que está el sueño a los demás pilares de nuestra salud.
Sistema inmunológico
Los procesos internos del cuerpo también sufren de falta de sueño. Mientras duermes tu cuerpo es muy activo en los diversos procesos restauradores esenciales para la salud física y mental.
Por ejemplo, dormir lo suficiente promueve un sistema inmunológico saludable, lo que ayuda al cuerpo a controlar la inflamación de manera más efectiva y protegerse de los gérmenes dañinos.
Si bien la inflamación aguda puede ser útil para el cuerpo, a veces la inflamación persistente de bajo grado no lo es. Está relacionada con la presión arterial alta, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas, la demencia, ciertos tipos de cáncer y más.
Regulación del azúcar en sangre
Es fundamental que el cuerpo regule los niveles de azúcar en la sangre a lo largo del día. Esto asegura que las células tengan la energía necesaria para realizar tareas importantes, pero también mantiene el exceso de azúcar (glucosa) fuera del torrente sanguíneo, por lo que no puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos.
La regulación del azúcar en la sangre sigue siendo importante al momento de dormir. De hecho, es un momento en el que el cuerpo se vuelve más sensible a la insulina, la hormona responsable de transportar la glucosa a las células para obtener energía o almacenarla. La falta de sueño puede interrumpir el proceso.
Consejos para tener una buena calidad de sueño
- Dormir de siete a nueve horas todas las noches
- Mantener un horario regular de sueño, incluso cuando tenga tiempo libre
- Evitar actividades estimulantes, como mirar el teléfono antes de acostarse
- Crear un ambiente para dormir que sea fresco, oscuro, silencioso y libre de distracciones
- Seguir una rutina de relajación que te ayude a calmarte antes de acostarte