En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, surge una reflexión sobre los trastornos mentales que más afectan a la población mexicana y su repercusión en diversos ámbitos de la vida. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo padecen depresión, un trastorno que influye directamente en la funcionalidad y calidad de vida. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que 35 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo, lo que refleja una situación alarmante para la salud pública.
Uno de los datos más reveladores proviene de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, la cual señala que el 19.3% de la población adulta padece ansiedad severa, mientras que otro 31.3% sufre algún grado de ansiedad. Estos trastornos, al igual que la depresión, no solo afectan a los individuos en su entorno personal, sino que también se extienden al entorno laboral, un área crítica en la que la salud mental juega un papel fundamental.
La salud mental en el trabajo: una prioridad empresarial
El tema del Día Mundial de la Salud Mental 2024, “La salud mental en el trabajo”, subraya la importancia de generar entornos laborales que favorezcan el bienestar emocional de los empleados. En México, el 60% de los trabajadores reportan sufrir de estrés laboral, lo que ha incrementado la prevalencia del “síndrome del trabajador quemado” o burnout. Este síndrome está caracterizado por fatiga crónica, insomnio y, en muchos casos, depresión.
El especialista en salud mental, Diego Coronel Manzo, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la UNAM, destaca que estos padecimientos influyen en la productividad de las organizaciones, ya que el agotamiento físico y mental limita la eficiencia de los empleados y genera pérdidas económicas. La falta de límites entre la vida personal y el trabajo, extensas jornadas laborales y poca claridad en las tareas, son factores que propician el desarrollo de estos trastornos en el ambiente laboral.
Caso similar: Japón y la cultura del “karoshi”
Un ejemplo destacado de la interrelación entre salud mental y productividad laboral se encuentra en Japón, país donde el término “karoshi”, que significa “muerte por exceso de trabajo”, ha tomado relevancia en las últimas décadas. La cultura empresarial japonesa exige largos horarios y una intensa presión laboral, lo que ha llevado a un incremento significativo de casos de burnout, suicidios y enfermedades relacionadas con el estrés. En respuesta, las empresas japonesas han comenzado a implementar medidas de autocuidado y horarios más flexibles para mitigar los efectos negativos en sus empleados.
Prevención y soluciones: el camino a seguir
El enfoque preventivo es crucial en el manejo de los trastornos mentales. Tal como sugiere Coronel Manzo, un diagnóstico temprano y un apoyo psicológico oportuno pueden marcar una gran diferencia en la recuperación del individuo. La promoción de espacios laborales saludables, la reducción de la carga de trabajo y la implementación de servicios de apoyo psicológico dentro de las organizaciones son estrategias esenciales que las empresas mexicanas deben considerar para proteger la salud mental de sus empleados.
Asimismo, los individuos deben adoptar prácticas de autocuidado, tales como respetar las horas de sueño, realizar actividad física y buscar ayuda profesional ante los primeros signos de malestar emocional. La salud mental, más que una responsabilidad individual, es un reto colectivo que exige esfuerzos conjuntos entre empresas, gobiernos y ciudadanos para garantizar el bienestar en todos los aspectos de la vida.