La alfabetización digital se ha convertido en una de las aliadas más importantes en la lucha contra la desinformación. De hecho es uno de los problemas más graves de la actualidad porque está inmerso en todos los ámbitos, incluida la salud. Las consecuencias son muy variadas y tú como médico puedes ayudar para generar cambios.
De acuerdo con el Reporte Global de Riesgos 2024, elaborado por el Foro Económico Mundial y Zurich, la información errónea y la desinformación representan el mayor riesgo crítico a corto plazo.
Estos fenómenos no sólo amenazan la estabilidad social, sino que también influyen en el discurso público y la percepción de la realidad, exacerbando divisiones políticas y sociales. La Inteligencia Artificial y otros avances tecnológicos han amplificado estos riesgos, lo que hace más urgente que nunca abordar este problema.
¿Qué es la alfabetización digital?
De acuerdo con la UNESCO la alfabetización digital es la capacidad de acceder, gestionar, comprender, integrar, comunicar, evaluar y crear informaciones mediante la utilización segura y pertinente de las tecnologías digitales para el empleo, un trabajo decente y la iniciativa empresarial.
Lo anterior incluye competencias como la alfabetización informática, la alfabetización en las TIC, la alfabetización informativa y la educación mediática, que tienen como objetivo empoderar a las personas y, en particular, a los jóvenes, para que adopten una actitud crítica en cuanto a la utilización de las tecnologías de la información y las tecnologías digitales.
La importancia de la alfabetización digital
Ante este panorama, los expertos consultados para la elaboración de este reporte coinciden en que es imperativo que se lleven a cabo campañas de alfabetización digital que capaciten a las personas para identificar y combatir la desinformación.
La clave está en empoderar a los individuos con las herramientas necesarias para navegar en un entorno informativo complejo y, a menudo, engañoso.
5 claves para combatir la desinformación
- Verifica la fuente de información
Antes de compartir cualquier noticia, asegúrate de que proviene de una fuente confiable. Los medios de comunicación tradicionales con reputación establecida y organismos oficiales suelen tener procesos rigurosos de verificación de datos. Evita confiar ciegamente en cadenas de mensajes, publicaciones en redes sociales o sitios web de dudosa procedencia.
- Desarrolla el hábito de la lectura crítica
No tomes la información al pie de la letra. Pregúntate si el contenido tiene un sesgo evidente o si está diseñado para provocar una reacción emocional fuerte. Aprender a identificar los matices en el lenguaje y la presentación de los hechos es esencial para discernir la verdad de la manipulación.
Es importante además leer los artículos y noticias completos, en lugar de solo quedarse con lo que indican los titulares y generar puntos de vista con base en ello.
- Consulta múltiples fuentes
Una manera eficaz de evitar caer en la desinformación es comparar cómo diferentes medios cubren el mismo tema. Contrastar diferentes perspectivas puede ayudarte a formarte una visión más equilibrada y evitar caer en burbujas informativas que sólo refuerzan tus propias creencias.
- Utiliza herramientas de verificación
Existen varias herramientas en línea diseñadas para verificar la autenticidad de imágenes, videos y noticias. Plataformas como FactCheck, Snopes o Google Fact-Check Tools pueden ser útiles para confirmar la veracidad de la información antes de compartirla.
- Participa en la conversación, pero con responsabilidad
Es importante involucrarse en discusiones en línea de manera constructiva, corrigiendo con respeto la desinformación cuando la encuentres; sin embargo, evita perpetuar rumores o teorías no confirmadas. Contribuir a un diálogo informado y basado en hechos es una forma poderosa de combatir la desinformación.
La lucha contra la desinformación es una tarea compartida que requiere de la colaboración de individuos, medios de comunicación y empresas. En un entorno donde la información falsa puede propagarse rápidamente y causar un daño significativo, cada persona tiene la responsabilidad de actuar con cautela y conocimiento.
