La ansiedad en niños es un problema cada vez más común y puede manifestarse de diferentes formas, como miedo excesivo, irritabilidad, problemas para dormir o dolores físicos sin causa aparente. El pediatra, como primer punto de contacto médico para la mayoría de los niños, juega un papel crucial en la detección y manejo de la ansiedad infantil.
Detección temprana y diagnóstico de la ansiedad en niños
El pediatra puede identificar los primeros signos de ansiedad mediante una evaluación cuidadosa del comportamiento del niño y el diálogo con los padres. Los síntomas de ansiedad a menudo se confunden con otros problemas de salud, como dolores de cabeza o de estómago, por lo que es fundamental que el pediatra haga preguntas dirigidas a explorar el estado emocional del niño. Herramientas de evaluación psicológica, como cuestionarios específicos para la ansiedad, también pueden ser útiles.
Apoyo psicoeducativo a los padres y al niño
Una vez identificada la ansiedad, el pediatra puede proporcionar educación tanto a los padres como al niño sobre el trastorno. Explicar que la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante el estrés puede ayudar a desestigmatizar la situación y brindar calma. Además, el pediatra puede recomendar estrategias sencillas para que los padres apoyen a sus hijos, como la creación de rutinas diarias, el fomento de actividades físicas y la limitación del tiempo frente a pantallas.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) para ansiedad en niños
En muchos casos, el pediatra referirá al niño a un especialista en salud mental, como un psicólogo infantil, para recibir terapia cognitivo-conductual (TCC). Este enfoque es altamente eficaz en el tratamiento de la ansiedad, ya que enseña al niño a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos, así como a desarrollar habilidades de afrontamiento ante situaciones que le generan angustia. El pediatra se asegura de que el tratamiento se integre con la salud general del niño.
Medicamentos en casos severos
En algunos casos de ansiedad grave, el pediatra puede considerar el uso de medicamentos, como ansiolíticos o antidepresivos, siempre en consulta con un especialista en psiquiatría infantil. Sin embargo, el enfoque principal suele ser la intervención no farmacológica.
Con la combinación adecuada de detección temprana, educación y tratamiento profesional, el pediatra puede ayudar significativamente a los niños a manejar la ansiedad, mejorando su bienestar emocional y su calidad de vida.