El cáncer de próstata es uno de los principales problemas de salud en los hombres de México y se ha convertido en la primera causa de muerte por cáncer en hombres mayores de 65 años. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), cada año se diagnostican alrededor de 25,000 casos nuevos en el país. Esta cifra lo posiciona como el cáncer más frecuente en los hombres mexicanos.
Prevalencia del cáncer de próstata en el país y mortalidad
En México, se estima que 1 de cada 7 hombres desarrollará cáncer de próstata en algún momento de su vida. La prevalencia aumenta con la edad, afectando mayormente a los hombres mayores de 50 años. Aunque la tasa de mortalidad por cáncer de próstata ha disminuido ligeramente en los últimos años debido a mejores opciones de diagnóstico y tratamiento, sigue siendo alta. En 2020, se registraron aproximadamente 7,500 muertes por esta enfermedad.
Uno de los principales retos que enfrenta México en relación con esta tipología de cáncer es el diagnóstico tardío. Más del 70% de los casos se detectan en etapas avanzadas, cuando la enfermedad ya se ha diseminado a otras partes del cuerpo, lo que reduce considerablemente las posibilidades de supervivencia. La falta de una cultura de prevención y la reticencia de muchos hombres a realizarse exámenes de detección, como el antígeno prostático específico (PSA) o el tacto rectal, son factores que contribuyen a este retraso en el diagnóstico.
Factores de riesgo
El riesgo de desarrollar esta tipo de cáncer está relacionado con diversos factores, como la edad, antecedentes familiares y estilo de vida. Además, la obesidad y la falta de actividad física también han sido vinculados con un mayor riesgo de padecer esta enfermedad.
Prevención y tratamiento del cáncer de próstata
En México, se han implementado campañas para promover la detección temprana, aunque todavía se enfrenta la barrera del estigma social y la falta de información. Los tratamientos para el cáncer de próstata pueden incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapia hormonal, dependiendo del estadio en que se detecte la enfermedad.
Es fundamental continuar promoviendo la importancia de las revisiones periódicas para el diagnóstico temprano, lo que puede aumentar las tasas de supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes.