Una de las mejores prácticas que existen en el mundo es la lactancia materna. Por desgracia, a pesar de sus beneficios todavía hay muchas mujeres que no la llevan a cabo con sus bebés. Es una situación que se debe revertir e implica la colaboración de todos los profesionales de la salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen al menos 77 millones de recién nacidos que no reciben leche materna en su primera hora de vida. Es una cifra demasiado elevada porque deja expuestos a los bebé ante una gran cantidad de enfermedades.
Debido a lo anterior fue creada la Semana Mundial de la Lactancia Materna y se lleva a cabo los primeros 7 días de agosto. Este 2024 el lema central fue “Cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos”.
Con esto en mente, la Mtra. Monserrat Rodríguez León, quien es directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), afirma que la lactancia materna además de ser un acto de amor que fortalece el vínculo de la madre con los hijos también tiene múltiples beneficios para la salud.
¿Cuáles son los beneficios que ofrece la leche materna?
Los bebés que reciben leche materna consumen los nutrimentos e hidratación necesarios para esta etapa del ciclo vital, y además quienes llevan a cabo dicha práctica obtienen otros beneficios para la salud.
Por ejemplo, los anticuerpos contenidos en la leche previenen en el recién nacido infecciones gastrointestinales y respiratorias; la concentración de vitaminas, minerales, proteínas y azúcares evitan deficiencias nutricionales.
Las grasas contenidas en este líquido representan la mitad de la energía que los bebés requieren y es importante resaltar que quienes recibieron lactancia materna tienen menor riesgo de desarrollar leucemia en la niñez y en la vida adulta disminuye el riesgo de padecer diabetes, obesidad y otras enfermedades.
¿Y cuáles son los beneficios para las madres?
También ofrece numerosos beneficios para las madres, porque dar lactancia materna en las primeras semanas después del parto promueve la contracción del útero y reduce el riesgo de hemorragias.
Además, existen otras bondades como la reducción del riesgo de depresión post parto, cáncer de ovario, cáncer de mama, diabetes tipo 2, hipertensión, ataques cardíacos, anemia y osteoporosis.
Amamantar es un desafío para las madres y los bebés, ya que existen retos que se pueden presentar como dolor al dar pecho, problemas con la succión y producción de leche. Estas situaciones deben abordarse correctamente y para ello existen diferentes actores como consejeros en lactancia, profesionales de la salud y grupos de apoyo que realizan el acompañamiento a las familias para lograr lactancias exitosas.
¿Cómo se debe impulsar la lactancia materna?
Es necesario crear entornos seguros para que las familias tengan acceso a asesoramientos adecuados y consejería en lactancia materna desde el embarazo y una vez que el bebé ha nacido para resolver cualquier posible eventualidad.
La sociedad puede impulsar acciones enfocadas a mejorar políticas de empleo favorables para los padres de familia de los recién nacidos para garantizar y prolongar la lactancia.
Conjuntamente se requiere aumentar los períodos de licencia de maternidad y paternidad, así como el periodo de reducción de jornada de las madres, garantizar los espacios para amamantar en los centros de trabajo y asegurar que los servicios de salud enfocados a la promoción de la lactancia sean de calidad, ya que lograr el éxito es una responsabilidad compartida.
La lactancia materna debe ser impulsada por profesionales de la salud, la sociedad y gobierno, ya que su práctica además de tener un impacto positivo a nivel individual, también contribuye a la salud pública porque reduce la incidencia de enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer, por lo que es un tema fundamental.
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