La mortalidad materna es un indicador crítico de la calidad del sistema de salud y de las condiciones socioeconómicas de un país. En México, aunque ha habido avances significativos en la reducción de la mortalidad materna, el porcentaje de mujeres que mueren durante el parto sigue siendo una preocupación importante de salud pública.
Según datos recientes, la tasa de mortalidad materna en México se sitúa en aproximadamente 31.2 muertes por cada 100,000 nacidos vivos. Aunque esta cifra representa una mejora en comparación con décadas anteriores, sigue siendo alta en comparación con otros países de la región y del mundo. La meta establecida por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es reducir la mortalidad materna a menos de 70 por cada 100,000 nacidos vivos a nivel global para 2030, lo que coloca a México en una posición relativamente favorable, pero aún con desafíos significativos.
Las complicaciones durante el parto son las causas más comunes de muerte materna
Las causas más comunes de muerte materna en México incluyen complicaciones durante el parto como la hemorragia obstétrica, preeclampsia, eclampsia, y sepsis. Estas condiciones son en gran medida prevenibles o tratables si se cuenta con una atención adecuada y oportuna. Sin embargo, las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, especialmente en zonas rurales y marginadas, siguen siendo un obstáculo importante. Las mujeres indígenas y aquellas que viven en comunidades rurales son las más afectadas, con tasas de mortalidad materna significativamente más altas que las de mujeres en zonas urbanas.
El acceso limitado a atención prenatal de calidad es otro factor que contribuye a esta problemática. Muchas mujeres no reciben la cantidad adecuada de controles prenatales, lo que aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, la falta de personal médico capacitado y la infraestructura deficiente en algunas regiones exacerban la situación.
El programa “Arranque Parejo en la Vida” es una de las estrategias más eficaces
Para enfrentar este desafío, México ha implementado diversas estrategias, como el programa “Arranque Parejo en la Vida” y el fortalecimiento de la atención materna en comunidades rurales. Sin embargo, es esencial continuar mejorando el acceso y la calidad de los servicios de salud, así como abordar las desigualdades sociales que impactan directamente la salud materna.
Aunque México ha hecho progresos en la reducción de la mortalidad materna, aún queda mucho por hacer para garantizar que todas las mujeres, independientemente de su ubicación o condición socioeconómica, tengan acceso a una atención segura durante el embarazo y el parto.