La dermatitis atópica, también conocida como eccema, es una afección cutánea crónica que afecta a muchos niños en todo el mundo. Caracterizada por piel seca, inflamada y con picazón, esta condición puede causar un malestar significativo y afectar la calidad de vida de los niños y sus familias. A continuación, te mostramos todo lo que necesitas saber sobre la dermatitis atópica en niños.
¿Qué es la dermatitis atópica?
Esta es una enfermedad inflamatoria de la piel que suele comenzar en la infancia, a menudo en los primeros seis meses de vida. Es una afección crónica, lo que significa que puede persistir durante años, con períodos de exacerbaciones y remisiones. Aunque no es contagiosa, es una de las enfermedades cutáneas más comunes en niños.
Síntomas
Los síntomas de la dermatitis atópica pueden variar en severidad y pueden incluir:
- Piel seca y escamosa: Especialmente en los pliegues del cuerpo como codos, rodillas, muñecas y cuello.
- Picazón intensa: La picazón puede ser severa y a menudo empeora por la noche, lo que puede dificultar el sueño.
- Enrojecimiento e inflamación: Las áreas afectadas pueden volverse rojas e inflamadas.
- Sarpullido: Puede aparecer como pequeñas protuberancias que pueden supurar y formar costras si se rascan.
Causas y factores de riesgo
La causa exacta de la dermatitis atópica no se conoce, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales e inmunológicos. Los niños con antecedentes familiares de alergias, asma o rinitis alérgica tienen un mayor riesgo de desarrollar dermatitis atópica.
Tratamiento de la dermatitis atópica
El tratamiento de la dermatitis atópica se centra en aliviar los síntomas y prevenir las exacerbaciones. Algunas estrategias incluyen:
- Hidratación regular: Usar cremas y ungüentos emolientes para mantener la piel hidratada.
- Medicamentos tópicos: Cremas con corticosteroides para reducir la inflamación y la picazón.
- Antihistamínicos: Para aliviar la picazón severa y ayudar con el sueño.
- Evitar desencadenantes: Identificar y evitar factores que puedan empeorar la condición, como ciertos alimentos, jabones, tejidos ásperos y estrés.
Prevención
- Baños cortos y tibios: Evitar el agua caliente y usar jabones suaves.
- Ropa suave y transpirable: Usar algodón y evitar la lana o telas sintéticas que pueden irritar la piel.
- Ambiente controlado: Mantener la humedad adecuada en el hogar y evitar temperaturas extremas.
La dermatitis atópica en niños puede ser desafiante, pero con un manejo adecuado, los síntomas pueden ser controlados efectivamente. Consultar con un dermatólogo pediátrico es esencial para desarrollar un plan de tratamiento personalizado y garantizar que los niños puedan llevar una vida lo más cómoda y normal posible.