La Secretaría de Salud (SSa) presentó la primera Guía médica técnica de trabajo de campo y caja de herramientas para el abordaje de consumo de metanfetaminas y fentanilo en México. El documento está dirigido al personal de salud que tiene contacto con personas usuarias de dichas sustancias.
El titular de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), Juan Manuel Quijada Gaytán, señaló que, datos del Observatorio de Salud Mental y Adicciones, muestran que cerca de 50 por ciento de las personas que solicitan atención médica por adicciones es por consumo de metanfetaminas, y es la primera causa en los servicios de salud.
Durante la presentación, a la que asistió el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Ruy López Ridaura, el titular de Conasama expuso que la prevención y atención a las adicciones se realiza en un marco de cooperación intersectorial y desde una perspectiva de reducción de riesgos y daños para quienes deciden no dejar de consumir estas drogas.
Además, desde Conasama se refuerzan acciones en la frontera a través de los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, colaboraciones con organizaciones ciudadanas y organismos internacionales.
Ejemplo de lo anterior fue la instalación del Comité Interinstitucional y de la Sociedad Civil de Reducción de Riesgos y Daños en el estado de Baja California, para coordinar esfuerzos dirigidos a estas poblaciones para aumentar la cobertura de servicios de salud.
Primera guía médica para la atención de consumidores de fentanilo y metanfetaminas
Explicó que la guía es fruto del trabajo conjunto entre Conasama, instituciones académicas y del Programa de Cooperación Birregional Unión Europea-América Latina y el Caribe sobre Políticas de Drogas, Copolad III.
El director general en Conasama, José Javier Mendoza Velásquez, señaló que la guía refuerza las acciones de prevención de los consumos, particularmente de fentanilo y metanfetamina. Además cubre necesidades específicas de los centros de salud.
Dijo que la inclusión social es esencial para prevenir el consumo de sustancias como fentanilo y metanfetaminas. Las personas que luchan contra la adicción deben tener acceso a tratamientos efectivos y dignos, sin ser estigmatizadas. Esto incluye programas de rehabilitación y reintegración social que respeten y promuevan sus derechos humanos, así como redes de apoyo comunitario.
El director del Copolad III, Borja Díaz Rivillas, señaló que esta organización trabaja con 32 países de la región, a quienes acompañan en el diseño e implementación de políticas más humanas y efectivas contra las drogas.
“Necesitamos poner a las personas en el centro del debate, a las comunidades y no solo hablar de las sustancias. Esto se lleva a cabo en el marco de la Copolad, que aborda la reducción de oferta y demanda y tiene un pilar de disminución de daños”.
Al presentar la guía, la consultora de Copolad y directora del Instituto RIA, Zara Snapp, explicó que la reducción de riesgos y daños no significa abstinencia, sino proporcionar herramientas y opciones para tomar decisiones informadas.
“Se busca orientar al personal de cómo abordar el uso de sustancias de manera más comprensiva y apegada a los derechos humanos y promoción del cuidado colectivo y autocuidado de la salud física, emocional y mental de las personas usuarias”.
¿Cómo se elaboró la guía médica para la atención de consumidores de fentanilo y metanfetaminas?
Su elaboración implicó un trabajo de documentación y compilación de información actualizada desde las experiencias de especialistas en el ámbito académico y de acompañamiento de personas usuarias.
El director general del Instituto de Psiquiatría del estado de Baja California, Víctor Salvador Rico Hernández, informó que las metanfetaminas son las drogas de mayor impacto en la entidad. Mientras que el fentanilo es la de mayor riesgo de muerte por sobredosis.
En este contexto, precisó, la guía médica para la atención de consumidores de fentanilo y metanfetaminas contribuye a la reproducción de buenas prácticas en el abordaje y acercamiento a los consumidores sin juzgarlos, coaccionarlos o discriminarlos, ni exigirles que dejen el consumo como condición previa para recibir apoyo.
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