Cuando un niño experimenta diarrea, es crucial prestar atención a su alimentación para ayudar a aliviar los síntomas y evitar complicaciones. A continuación te mostramos algunas pautas sobre cómo alimentar a un niño con este problema de manera adecuada.
Hidratación del niño con diarrea
La pérdida de líquidos debido a la diarrea puede llevar a la deshidratación, por lo que es fundamental asegurarse de que el niño esté bien hidratado. Ofrece líquidos con frecuencia, como agua, caldo de pollo, bebidas deportivas con electrolitos o soluciones de rehidratación oral. Evita los jugos de frutas concentrados, ya que pueden empeorar la diarrea debido a su alto contenido de azúcar.
Lácteos
Durante un episodio de diarrea, es recomendable evitar los lácteos, ya que pueden empeorar los síntomas y dificultar la digestión. Esto incluye leche, yogur y queso. Opta por alternativas sin lácteos como leche de almendras o leche de arroz hasta que la diarrea se resuelva.
Alimentos blandos y fáciles de digerir para el niño con diarrea
Ofrece alimentos blandos y de fácil digestión que no irriten el sistema digestivo. Esto puede incluir arroz blanco, plátanos maduros, compota de manzana sin azúcar, galletas saladas, pan tostado y puré de patatas. Estos alimentos pueden ayudar a espesar las heces y reducir la frecuencia de la diarrea.
Evitar alimentos irritantes
Evita los alimentos grasos, picantes, fritos y muy condimentados, así como los alimentos ricos en fibra, ya que pueden aumentar la irritación intestinal y empeorar la diarrea. También es recomendable evitar los alimentos que pueden causar gases, como brócoli, coliflor y legumbres.
Reintroducir alimentos gradualmente cuando la diarrea mejore
Una vez que comience a mejorar, puedes comenzar a reintroducir gradualmente alimentos sólidos en la dieta del niño. Comienza con alimentos blandos y fáciles de digerir, y observa cómo responde el niño. Si la diarrea persiste o empeora, consulta a un médico.
Recuerda que cada niño es diferente, por lo que es importante observar cómo responde tu hijo a los alimentos y ajustar la dieta según sea necesario. Si persiste por más de unos pocos días o si el niño muestra signos de deshidratación, como sequedad en la boca, letargo o disminución en la producción de orina, consulta a un médico de inmediato. Una atención adecuada y una dieta cuidadosamente seleccionada pueden ayudar a aliviar los síntomas y acelerar la recuperación del niño.