La atención prenatal en México, esencial para el bienestar materno e infantil, ha enfrentado desafíos significativos que persisten incluso después del embate directo de la pandemia. Varios factores han contribuido a la dificultad de recuperar plenamente estos servicios cruciales.
Sobrecarga del Sistema de Salud
La pandemia de COVID-19 ha ejercido una presión sin precedentes sobre el sistema de salud mexicano. Los recursos se han desviado hacia la respuesta a la emergencia, dejando a menudo a un lado la atención prenatal. La priorización de la atención a pacientes con COVID-19 ha afectado la capacidad de respuesta de los servicios prenatales.
Falta de acceso a la tecnología y atención prenatal
La transición a la atención médica virtual durante la pandemia ha sido un desafío en México. La falta de acceso a la tecnología y la conectividad limitada en algunas comunidades han dificultado la implementación efectiva de la atención prenatal a través de plataformas virtuales, excluyendo a muchas mujeres embarazadas.
Temor a las instalaciones de salud
El miedo al contagio en instalaciones de salud ha llevado a que algunas mujeres eviten las consultas prenatales. La percepción de los centros médicos como lugares de riesgo ha impactado negativamente la asistencia regular a citas, lo que puede resultar en complicaciones no detectadas durante el embarazo.
Desafíos económicos impiden la atención prenatal
La crisis económica derivada de la pandemia ha dejado a muchas familias enfrentando desafíos financieros. El acceso limitado a recursos económicos puede traducirse en dificultades para costear el transporte hasta los centros de atención prenatal y para cubrir los gastos asociados con los exámenes y medicamentos.
Falta de información y educación continua
La interrupción de actividades educativas y de promoción de la salud durante la pandemia ha contribuido a la falta de conciencia sobre la importancia de la atención prenatal continua. La información insuficiente puede resultar en una toma de decisiones insuficientemente informada y en la falta de prácticas de cuidado adecuadas durante el embarazo.
Aunque se han implementado medidas para abordar estos desafíos, la recuperación completa de la atención prenatal en México requiere una estrategia integral. Esto incluye la asignación adecuada de recursos, la mejora de la conectividad digital, la implementación de programas de concientización y educación, así como el fortalecimiento de la confianza en las instalaciones de salud.
Es crucial que las autoridades sanitarias y las comunidades trabajen en colaboración para superar estos obstáculos persistentes y garantizar que todas las mujeres embarazadas tengan acceso equitativo a una atención prenatal de calidad, incluso en la pospandemia. La inversión y el compromiso continuo son esenciales para garantizar la salud materno-infantil a largo plazo en México.