Según el informe sobre el panorama de salud de la OCDE (con datos actualizados a 2022), en torno a 3 de cada 10 mexicanos están fuera del derecho a los servicios médicos. También hay que señalar que el 57 por ciento de la población considera que su localidad tiene una disponibilidad adecuada de atención médica de calidad, lo que se traduce en una cobertura de salud baja.
Tras la pandemia provocada por la COVID-19, uno de los derechos sociales que más se ha visto mermado es el acceso a la salud. Las transformaciones institucionales y un modesto presupuesto han obstaculizado el avance en la cobertura sanitaria en México.
El 72 por ciento de mexicanos tiene una cobertura de salud básica
De los datos extraídos de este informe, lo que se saca en clave es que el 72 por ciento de la población tiene una cobertura de salud básica. Este es el nivel más bajo entre los 38 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
En México, el acceso a servicios médicos es bajo, incluso comparada con las economías más pequeñas de América Latina, como Chile y Costa Rica, que tienen al 77% y al 86% de sus poblaciones, respectivamente, con cobertura de salud.
Otro de los indicadores que se puede extraer de este informe es el de la cobertura de salud privada en México. Solo el 11 por ciento de la población cuenta con seguro de gastos médicos adicional. De este porcentaje, se puede destacar que casi el total de las personas que tiene un seguro médico de este tipo son trabajadores, jubilados o asegurados con cobertura de salud pública y controlan sus pólizas con el fin de optimizar tiempos o atenderse en otras unidades.
El mayor gasto se realiza en medicamentos y aparatos terapéuticos
Además, hay que destacar que, en México, casi la mitad del gasto (concretamente, el 47%) del gasto total en salud recae en las familias, debido a los desembolsos periódicos que realizan en consultas, dentista, medicamentos u hospitalización. El porcentaje restante viene de los recursos públicos.
Habitualmente, el 61 por ciento del total de los gastos en salud se realiza en medicamentos y aparatos terapéuticos. El 16% de los gastos se destina a servicios de atención ambulatoria, otro 14% a servicios de hospitalización, el 6% a servicios dentales y el 3 por ciento restante a otros servicios de prevención y cuidado a largo plazo.
Aunque es cierto que la cobertura no se ha llegado a universalizar y el gasto público en salud se ha mantenido moderado, algunos indicadores sí han superado a la media de la OCDE. Uno de ellos es el conformado por los riesgos para la salud. También descendió el consumo de drogas y alcohol. Pero, pese a estos avances, en México aún existen niveles altos de mortalidad por enfermedades prevenibles o tratables, fundamentalmente obesidad y diabetes.