La Azitromicina se mantiene dentro de los antibióticos más vendidos del mundo aunque en fechas recientes ha disminuido su eficacia. A pesar de sus buenos resultados, el uso indiscriminado del fármaco ha provocado que ya no ofrezca los mismos resultados que en el pasado. La situación es grave y se repite con otras fórmulas creadas para otras infecciones.
¿Qué es la Azitromicina y cuándo se creó?
La Azitromicina es un antibiótico de amplio espectro del grupo de macrólidos. Se utiliza para el tratamiento de ciertas infecciones bacterianas como la bronquitis, neumonía, enfermedades de transmisión sexual (ETS) e infecciones de los oídos, pulmones, senos nasales, piel, garganta y órganos reproductivos.
La fórmula fue creada por un equipo de investigadores de la compañía farmacéutica Pliva en 1980. En 1986 adquirió la licencia Pfizer y desde entonces es uno de los antibióticos más vendidos del mundo.
¿Por qué los antibióticos como la Azitromicina han perdido eficacia?
De acuerdo con un reporte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se hizo una revisión sistemática a la Azitromicina. Aunque la principal aclaración es que el problema no es el fármaco en sí sino las bacterias para las que fue creado.
En ese sentido, el medicamento tiene tan buenos resultados que durante las últimas décadas ha sido uno de los más utilizados a nivel global. En ese punto, vale la pena aclarar que cuando se utiliza con el aval de un profesional de la salud no hay problemas.
El inconveniente se genera cuando las personas lo utilizan por iniciativa propia y en casos en los que no es necesario. De hecho, los antibióticos jamás se deben emplear en enfermedades causadas por virus porque no funcionan.
Pandemia aumentó el uso incorrecto de antibióticos
Aunque el problema ya existía, a partir de la pandemia de Covid-19 se hizo más evidente. De acuerdo con lo publicado por El País, tan sólo en España se multiplicó por 2.5 el uso de este fármaco en los hospitales españoles. Todo se generó por la falsa creencia de que la Azitromicina funcionaba para el tratamiento de los coronavirus.
A partir de lo anterior se ha generado el fenómeno conocido como farmacorresistencia. Se describe como la reducción de la efectividad de fármacos como los antimicrobianos para el tratamiento de enfermedades. El motivo es porque los patógenos suelen “evolucionar” y se hacen más resistentes.
Esta situación no sólo ocurre con el consumo de fármacos en humanos sino también cuando se ofrecen a los animales de crianza para que crezcan más rápido. Al final se forma un círculo vicioso que afecta a todos.
Por todo lo anterior y para combatir la pérdida de eficacia, desde hace más de un década en México es obligatorio presentar una receta médica en las farmacias para la adquisición de antibióticos como la Azitromicina.
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