Después de que se descubriera hace 42 años (en 1981), el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se desarrolla en una minoría de personas que carecen de acceso a tratamiento antirretroviral. Quienes sí lo reciben pueden vivir con una expectativa igual a la de aquellas que no están infectadas.
Hace décadas se tomaban de 10 a 12 pastillas para tratar el SIDA
Hoy en día, aún no existe la cura clínica ni la erradicación del virus, lo que sí ha cambiado es el tratamiento. Hace unas décadas, se consumían en torno a 10-12 pastillas cada 8 horas y, en la actualidad, se toman dos o tres cápsulas diarias de medicamentos combinados.
Eso sí, no toda la tente tiene acceso al tratamiento. Un 85 por ciento de la población (incluyendo las que hacen uso de servicios del ISSSTE, IMSS, SEDENA, PEMEX y otros) sí tiene cobertura mientras que el resto, son las personas que desarrollan SIDA y que, de forma general, se ubican en poblaciones rurales de México.
La prevalencia en el país es del 0,3%
En México, existen reportados casi 257 mil casos de VIH, de los cuales 227 mil están vivos y reciben medicamento. La prevalencia en el país es baja; concretamente un 0,3 por ciento y se suele concentrar en ciertos sectores de la población. Además, si se compara con países de África Subsahariana, ese porcentaje es mínimo, ya que en esa región se alcanza el 50% de infectados.
Pero, ¿por qué en México es baja la prevalencia de SIDA? Gran parte de este éxito se debe a las organizaciones civiles que, durante décadas, han dado apoyo a la lucha contra el VIH, a través de campañas de detección que ayudaron a que las personas supieran que estaban infectadas, proporcionando información en parques y plazas públicas y tuvieron un rol fundamental en el control de la enfermedad.