La mayoría de las personas que se infectan con el virus de la poliomielitis (conocido como polio) no presentan ningún síntoma visible. En torno al 25 por ciento con infección por el virus tiene síntomas parecidos a los de la influenza, entre los que se incluyen los siguientes:
- Fiebre
- Dolor de garganta
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Náuseas
- Dolor de estómago
Los síntomas de la polio duran entre 2 a 5 días
Los síntomas de la polio dura entre 2 a 5 días y desaparecen por sí solos. Una proporción mucho menor de personas con infección por la polio presenta otros síntomas más graves que afectan a la médula espinal y al cerebro. Entre ellos se encuentran:
- Parálisis o debilidad en los brazos, las piernas o ambos. Se presenta en 1 de cada 200 personas o 1 de cada 2000, según el tipo de virus.
- Meningitis: se presenta en aproximadamente 1 a 5 de cada 100 personas con infección por el virus de la poliomielitis.
La parálisis es el síntomas más grave asociado a la poliomielitis porque puede provocar discapacidad permanente y la muerte. Mueren entre 2 y 10 de cada 100 personas que tienen parálisis por infección por el virus de la poliomielitis, porque el virus afecta a los músculos que las ayudan a respirar.
Es un virus muy contagioso
Incluso los niños que parecen recuperarse por completo pueden presentar nuevos dolores musculares, debilidad o parálisis en la edad adulta, 15 a 40 años después. Esto es lo que se conoce como síndrome postpolio.
Por si no lo sabías, el virus de la polio es muy contagioso y se transmite mediante el contacto entre personas. Vive en la garganta y los intestinos y puede contaminar los alimentos y el agua que se encuentren en condiciones insalubres.
Respecto a la prevención de la polio, existen dos vacunas para ello, las cuales son:
- La vacuna inactivada contra el virus de la poliomielitis, administrada mediante inyección en la pierna o el brazo, dependiendo de la edad del paciente.
- Vacuna oral.