Aunque hace años parecería increíble, México se ha posicionado ahora como uno de los países de Latinoamérica con la mayor cantidad de órganos donados y trasplantes hechos. Este avance es fruto de la creciente cultura de la donación de órganos.
Además, existen leyes, órganos, reglamentos y organismos de los gobiernos federal y estatales que velan por la salud de la población y garantizan el acceso equitativo, ordenado y transparente de órganos para quienes lo requieren.
Para salvar la vida frente algunas enfermedades, los trasplantes son la única alternativa
Para muchas personas, un trasplante es la única alternativa para salvar la vida ante enfermedades como cirrosis, hepatitis fulminante, insuficiencia cardíaca, cáncer de hígado, diabetes mellitus, queractono e insuficiencia renal.
La normatividad de México en materia de donación y trasplantes es una de las mejores en Latinoamérica y da certeza en los mecanismos de supervisión, vigilancia y control sanitario, donde participa, de forma activa, la Comisión Federal para la Protección contra los Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Algunos países no cuentan con legislación en este ámbito
Esta norma se modifica continuamente para actualizarse conforme a los cambios en materia científica, tecnológica y de atención a pacientes. México ha brindado asesoría técnica, científica y normativa a países como Honduras, Guatemala y El Salvador, que carecen de una legislación sobre donación y trasplantes.
En México, del total de trasplantes practicados en el año 2019, el 57 por ciento fueron de córnea; 39 por ciento de riñón; 26 de hígado y 0.4 de corazón. De agosto de 2020 a abril de 2021, se llevaron a cabo 125 trasplantes de riñón donante fallecido y 429 de donante vivo; de hígado, 39 de donante fallecido contra ocho de vivo; de corazón se han hecho 4; pulmón cuatro y córnea 329.
Por último, se debe destacar que México ha actualizado los protocolos de trasplantes para garantizar la seguridad de cada órgano a trasplantarse y prevenir enfermedades infectocontagiosas de la persona donante a la receptora. Al mismo tiempo, la normatividad exige que cada centro hospitalario cuente con las medidas preventivas para evitar riesgos de contagio del virus SARS-CoV-2.