• El exceso de masa corporal está relacionado con un mayor riesgo a más de 100 enfermedades como hipertensión, diabetes y problemas cardiovasculares.
• De acuerdo con la OMS existen al menos 36 millones de personas en México que padecen obesidad.
• Muchos de los pacientes suelen desarrollar depresión, ansiedad, baja autoestima, mal humor y estrés.

De manera constante se habla acerca del problema que representa la obesidad en México aunque al final no se hace lo suficiente para conseguir un cambio. No se trata de una cuestión estética sino que tiene una relación directa con la salud y otros ámbitos de la vida. La magnitud es tan grande que incluso pone en riesgo a todo el sistema sanitario porque a futuro no se podría contar con los recursos suficientes para atender a los pacientes.

Actualmente 36 millones de mexicanos padecen obesidad en México, cifra que lo ubica en el quinto lugar en el mundo y el primero en América Latina. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1975 se ha triplicado en todo el mundo, lo que ha generado mayor atención médica por los trastornos derivados de esta afección.

Equipos multidisciplinarios de médicos, psicólogos y nutriólogos son los responsables de atender a los pacientes con sobrepeso y obesidad, como sucede en la Clínica del Metabolismo del Hospital D´Maria. Al respecto, el médico internista Antonio López Zamorano indica que no sólo se debe atender con dietas sino con atenciones integrales.

“El sobrepeso y la obesidad afecta la salud y las emociones de niños, adolescentes y adultos. La hipertensión, diabetes y problemas cardiovasculares son las principales enfermedades que pueden desarrollar. Por ello es de gran relevancia la prevención y control de este problema, a través de una atención multidisciplinaria”.

Mejorar la salud a través de la alimentación

De acuerdo con la OMS, México puede ser considerado como un país mayoritariamente mal nutrido. La doctora Antonia Dora Hernández Padilla, jefe del Departamento de Nutrición del Hospital D’María, destaca que la mayoría de la población se alimenta sin nutrirse.

Explica que los pacientes con sobrepeso y obesidad deben ser evaluados y atendidos médica, nutricional y psicológicamente. En la parte nutricional es importante llevar un plan de alimentación y nutrición adecuado a la edad, actividades y enfermedades presentes, que les ayude a mejorar su salud.

Comer sano no es costoso

Por su parte, la nutrióloga Melissa López Ávila destaca que su labor es enseñar y demostrar al paciente que comer sano es sencillo y no es costoso. Al contrario, una mala alimentación repercute en enfermedades que a largo plazo son más costosas.

Está a favor de no satanizar ningún alimento. Opina que se puede comer de todo, pero correctamente y en cantidades adecuadas y necesarias para cada organismo. Eso sí, reducir los azúcares y los alimentos procesados.

Reaprender nuevos hábitos

Reaprender nuevos hábitos o estilos de vida saludables conlleva un proceso para lo cual los nutriólogos y los psicólogos trabajan en conjunto con el paciente. La psicóloga Nayelli de la O Cuevas menciona que la obesidad es un problema de salud con repercusiones psicológicas, biológicas y sociales.

Menciona que los pacientes con obesidad suelen presentar depresión, ansiedad, baja autoestima, mal humor y estrés, de ahí la importancia de recibir un apoyo psicológico durante un tratamiento.

“Un paciente con obesidad requiere de un tratamiento psicológico para cambiar sus hábitos alimenticios y ahondar por qué es un comedor compulsivo, quien en realidad come para llenar vacíos emocionales”.

La obesidad en prevenible y controlable

Para el Dr. Zaid López la obesidad se puede prevenir o controlar, así como las afecciones derivadas de la misma como hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares, reflujo, insuficiencia venosa, cansancio.

“Entre 30 y 40% de los pacientes llegan a la consulta con estas complicaciones. En cuanto al tema clínico la obesidad en mujeres puede causar trastornos hormonales, alterar el ciclo menstrual, la función de la tiroides y desarrollar problemas cardíacos que se vuelven peligrosos, ya que es más difícil de diagnosticarlos que en los hombres”, sin embargo, todo lo anterior es prevenible y controlable”.

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