- De acuerdo con el Banco Mundial se estima que 500 millones de mujeres carecen de acceso a productos e instalaciones adecuadas para la gestión de la higiene menstrual.
- El término “pobreza menstrual” surgió para describir la vulnerabilidad económica que enfrentan mujeres y niñas debido a la carga financiera planteada por los suministros para la menstruación.
- En la actualidad apenas hay 27 países en donde están abolidos los impuestos para los productos relacionados con la menstruación.
Todas las mujeres deben enfrentar el sangrado vaginal cada 28 días y en muchas ocasiones es bastante incómodo. Para que sea más sencillo hay diversos productos diseñados para la menstruación pero uno de los inconvenientes es que deben pagar impuestos. Esta situación varía porque cada país tiene sus propias legislaciones y en fechas recientes han existido modificaciones.
Antes que nada, a finales del 2022 se presentaron los resultados de la “Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual”. Fue elaborada por el sector privado, organismos internacionales y la sociedad civil para obtener información de valor sobre este tema.
El objetivo del trabajo fue saber más sobre cómo viven las mujeres y personas menstruantes su ciclo y su periodo menstrual. También profundizar sobre los temas de infraestructura, legislación, aspectos fisiológicos, métodos de gestión y el contexto cultural y social de la menstruación.
Estado de la menstruación en el mundo
Ahora bien, con respecto al panorama global, cada día hay más de 300 millones de mujeres en todo el mundo que menstrúan. Aunque de acuerdo con el Banco Mundial, se estima que 500 millones carecen de acceso a productos e instalaciones adecuadas para la gestión de la higiene menstrual.
Pero, ¿qué implica esta “gestión”? Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por las siglas en inglés) significa utilizar un material de control menstrual limpio para absorber o recolectar la sangre menstrual, poder cambiarse en privado con la frecuencia necesaria, usar agua y jabón para lavarse el cuerpo según sea necesario y tener acceso a instalaciones seguras y convenientes para desechar los materiales usados para el control menstrual. Además, supone entender los hechos básicos relacionados con el ciclo menstrual y cómo manejarlo con dignidad y sin molestias ni miedo.
En todo el mundo, muchas organizaciones reclaman la reducción o eliminación de los impuestos a los productos de gestión menstrual porque aseguran que son “necesidades básicas” que usualmente se gravan con la misma tasa que los “artículos de lujo”.
Por otro lado, estas iniciativas suelen recibir cobertura mediática y esto genera conversaciones más profundas sobre las actitudes sociales hacia la menstruación. Según una encuesta hay más de 5,000 eufemismos a nivel mundial para nombrarla.
Países donde los productos para la menstruación pagan impuestos
De acuerdo con un estudio de la organización WASH United que analizó la situación impositiva de los productos menstruales de países pertenecientes a la ONU, hay 27 países que tienen tasa cero o eliminaron impuestos a estos productos, entre ellos India, Colombia y México. Mientras que otros 16 que los redujeron, como es el caso de España, que a fines de 2022 redujo el IVA a los productos de higiene femenina del 10% al 4%.
El término “pobreza menstrual” surgió en los últimos años para describir la vulnerabilidad económica que enfrentan mujeres y niñas debido a la carga financiera planteada por los suministros para la menstruación.
Incluye no sólo toallas y tampones sino también ropa interior y analgésicos. Según varios informes, muchas niñas de África no asisten a la escuela durante su período porque no pueden costear los productos menstruales o porque los establecimientos educativos carecen de baños o vestidores adecuados.
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