- Las nuevas guías alimentarias saludables y sostenibles también buscan promover el cuidado del medio ambiente.
- Recomiendan patrones dietéticos con bajo impacto ambiental, accesibles, asequibles, seguros, equitativos y culturalmente aceptables.
- La población mexicana presenta patrones inadecuados de consumo y actividad física.
La población mexicana presenta patrones inadecuados de alimentación, caracterizados por baja prevalencia de lactancia materna exclusiva, poco consumo de frutas, verduras, leguminosas y nueces. De igual forma también prevalece una deficiente actividad física y por eso es necesario actualizar las guías alimentarias, afirmó la directora de Políticas y Programas de Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Anabelle Bonvecchio Arenas.
Durante el simposio “Actualización de guías alimentarias saludables y sostenibles para la población mexicana”, en el INSP, indicó que existe alto consumo de fórmula infantil, alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas, cereales refinados e incremento del sedentarismo frente a la pantalla.
Explicó que la población mexicana debe moverse hacia modelos de alimentación saludables y sostenibles, es decir, patrones dietéticos que promueven la salud y el bienestar de las personas; tienen baja presión e impacto ambiental, son accesibles, asequibles, seguros, equitativos y culturalmente aceptables.
Recomendaciones de alimentación que se deben adoptar
Bonvecchio Arenas dijo que los patrones dietéticos saludables inician con lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de edad. En tanto que debe prevalecer una dieta basada en alimentos de origen vegetal durante toda la vida.
En el simposio que se realizó como parte del 19 Congreso de Investigación en Salud Pública (CONGISP), destacó que el INSP desarrolla un proyecto de guías alimentarias saludables y sostenibles con recomendaciones específicas acordes al contexto en el que habitan las personas. En este proyecto participa un comité de personas expertas de más de 10 instituciones.
Esto permitirá a los gobiernos delinear dietas saludables y sostenibles con base en evidencia científica, participación multidisciplinaria y multisectorial y enfoque de sistemas alimentarios. Además alinear las políticas y programas a dichas indicaciones relacionadas con alimentación y actividad física.
Detalló que las guías se encuentran integradas por recomendaciones que involucran productos, así como recursos que contribuyen a cambiar el sistema alimentario hacia mejores prácticas relacionadas con dieta, salud, nutrición y sostenibilidad.
Añadió que las guías son parte del nuevo sistema alimentario que promueve el gobierno federal. Integra un enfoque de género e igualdad de derechos, sobre todo para grupos vulnerables. Además contempla el impacto ambiental, su asequibilidad, patrones de consumo de la población, influencias socioculturales de la alimentación y pertenencia cultural, así como actividad física y un apartado con adaptaciones para niñas, niños y mujeres embarazadas, además de recomendaciones sobre consumo responsable de alcohol.
La jefa del Departamento de Alimentación, Cultura y Ambiente de INSP, Sonia Rodríguez Ramírez, detalló que las guías alimentarias ofrecen, además, recomendaciones a la población sobre la cantidad de alimentos o grupos de alimentos necesarios para cubrir los requerimientos de energía y nutrimentos para mantener la salud.
La metodología para el desarrollo de las estimaciones de las cantidades de estos grupos de alimentos puede diferir entre países. Sin embargo, comparten lineamientos básicos como son las estimaciones para diferentes grupos de alimentos, edad, sexo y estado fisiológico.
La jefa de Departamento de Nutrición Materna, del Niño y del Adolescente del INSP, Mishel Unar Munguía, destacó que el sistema alimentario actual contribuye al cambio climático y a la degradación del planeta, y es parte de los determinantes de la sindemia global de desnutrición y obesidad.
Todos los efectos del consumo de productos ultraprocesados
Indicó que el sistema alimentario actual contribuye a la pérdida de biodiversidad y al uso excesivo de agua. Asimismo, la producción y consumo de alimentos a nivel mundial genera un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero que impactan de forma negativa en el cambio climático.
Detalló que los productos ultraprocesados también propician deterioro ambiental, ya que se basan en monocultivos, alto procesamiento y generan residuos derivados de empaques, entre otros aspectos.
En México, datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) señalan que la producción de alimentos contribuye con 12 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero y 60 por ciento de esas emisiones provienen de la carne vacuna.
Explicó que el análisis de la estimación de impacto ambiental, comparativo entre el sistema alimentario actual y el nuevo que se propone, con dietas saludables y sostenibles, está basado en datos primarios y secundarios de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) sobre los más de 150 alimentos y bebidas más consumidos entre la población mexicana.
En el foro, la oficial de Nutrición en la División de Nutrición y Sistemas Alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), Ana de Lourdes Islas Ramos, dio a conocer que, en el mundo, una de cada tres personas presenta mala nutrición.
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