- El consumo de suplementos dietéticos siempre debe estar precedido por la recomendación de un médico o nutriólogo.
- Las vitaminas y minerales requieren cuidados especiales porque su abuso puede ser contraproducente.
- Algunas sustancias de este tipo pueden modificar la absorción, el metabolismo o la excreción de un medicamento.
Los suplementos dietéticos han ganado popularidad durante los últimos años y uno de los motivos es la crisis por obesidad que se vive en gran parte del mundo. Ante este panorama, cada vez más personas optan por el consumo de este tipo de sustancias para agregar nutrientes a su dieta diaria. A la fecha existen disponibles en distintas presentaciones como píldoras, cápsulas, polvos y tabletas. Pero algo muy importante que muchas veces pasa desapercibido es que no se deben combinar con otros productos farmacológicos.
Malas prácticas que deben terminar
Para millones de personas en todo el mundo es “normal” ingerir este tipo de suplementos al mismo tiempo que consumen un medicamento. El hecho de que muchos fármacos se vendan sin prescripción en supermercados o farmacias no significa que puedan usarse con descuido, sobre todo si existen enfermedades de base u otros condicionantes.
De acuerdo con la Dra. Acosta Then, quien es endoscopista bariátrica y directora de la Clínica de Obesidad y Especialidades Salutte Clinic, el principal motivo es porque una vitamina o mineral requiere cuidados especiales. De la misma forma en que ofrece grandes beneficios también puede generar un “dolor de cabeza”, nunca mejor dicho, si se combina inadecuadamente con un medicamento.
Como advierte la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos de Estados Unidos (FDA), algunos suplementos dietéticos pueden modificar la absorción, el metabolismo o la excreción de un medicamento.
Consecuencias de una combinación errónea
Por ejemplo, los suplementos de hierbas verdes, tan de moda hoy día, hacen que la Warfarina aumente el riesgo de sangrado. También los suplementos a base de plantas, con vistas a la pérdida de peso, pueden provocar daños irreversibles en el hígado.
Es importante comprender que toda suplementación siempre debe hacerse bajo prescripción médica. Y no abusar de nada, porque, a veces, sencillamente, no necesitamos aportar cantidades extraordinarias al organismo.
“En los menores de 25 años, la dieta es capaz de suplir todas las necesidades nutricionales. Aliméntese bien, haga ejercicios y medite. Es todo lo que necesita, salvo que padezca alguna enfermedad concreta. En mayores de 25 años, la suplementación debe aprobarla un médico si se desarrollan enfermedades, o condiciones como el embarazo. Y si hay sobrepeso, consulte a un especialista para valorar las opciones”.
La FDA recuerda que los medicamentos para el VIH/SIDA, las enfermedades cardíacas, la depresión, los tratamientos para los trasplantes de órganos y las píldoras anticonceptivas son menos eficaces cuando se toman con determinados suplementos herbales.
En las etapas previas a una cirugía, algunos dietéticos también pueden interactuar de forma perjudicial con los medicamentos que deben tomarse antes, después o durante.
Las autoridades de cada país supervisan los suplementos dietéticos para que cumplan con normas mínimas de calidad y contengan la información correcta. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con los medicamentos recetados y de venta libre, no revisan la eficacia de los suplementos antes de que entren al mercado.
Cada día, vemos en los medios y redes sociales recomendaciones de influencers que incentivan el consumo de suplementos. Esto hace que debamos estar alertas, porque algo tan potencialmente bueno y natural como un suplemento dietético, también requiere el análisis y la aprobación de un profesional.
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