- Hasta el momento no existe una cura contra el Alzheimer y tampoco se puede evitar sino tan solo retrasar su aparición.
- El principal factor de riesgo es la edad y a partir de los 60 años todas las personas son vulnerables.
- La enfermedad genera cambios en el cerebro y una de las primeras manifestaciones ocurriría en la retina.
En la actualidad existen alrededor de 50 millones de casos de demencia en el mundo. De esa cifra el 70 por ciento es de tipo Alzheimer. Siendo la edad el principal factor de riesgo, se prevé que durante las siguientes décadas la incidencia aumente de forma exponencial. El problema ya es grave pero a futuro puede ser todavía peor.
En nuestro país la Federación Mexicana de Alzheimer considera que hay un millón trescientos mil casos. Sin embargo se piensa que podría haber más enfermos pero quienes los cuidan en casa no lo reportan, afirmó la titular del Laboratorio de Reprogramación Celular del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, María del Carmen Cárdenas Aguayo.
Detección a través de la retina
“Se ha observado que algunos cambios en el cerebro se podrían manifestar en la retina, razón por la cual es una región potencial para buscar signos tempranos de esa enfermedad. El diagnóstico por la retina es un abordaje muy interesante, y aunque todavía está en fase experimental, no es algo novedoso porque lleva varios años en desarrollo”.
Recordemos que es degenerativa y progresiva, y hasta el momento es incurable. El deterioro cognitivo ocurre gradualmente en el individuo.
La especialista detalló que en el laboratorio de esa entidad académica se desarrollan métodos diagnósticos para Alzheimer basados en la detección de Amiloide beta o de tau hiperfosforilada.
Se buscan voluntarios con una queja subjetiva de la memoria, con inicio de pérdida de capacidad cognitiva y, previa firma del consentimiento informado, se les realiza una prueba sencilla para conocer el puntaje cognitivo, toda vez que en ocasiones las sospechas de tener este padecimiento pueden ser simplemente por estrés o déficit de atención.
Una enfermera especializada les toma una muestra de sangre y también les practica un exfoliado nasal, porque esa región es otro origen de células neuronales. Las células del neuroepitelio olfatorio son útiles como posible método diagnóstico, ya que en ellas se puede identificar el Amiloide beta y la proteína tau hiperfosforilada.
“Aunque también tenemos las imágenes de retina para detectar acúmulos de Amiloide beta, en la actualidad el diagnóstico por este órgano no se ha desarrollado para encontrar acúmulos de tau hiperfosforilada. Sería interesante ver si los hay, porque existe una correlación directa en el incremento de estos acúmulos con la pérdida de la capacidad cognitiva, a diferencia de los acúmulos de Amiloide beta, que no se relacionan con el deterioro cognitivo en individuos aparentemente sanos”.
Sólo algunos pacientes tienen agregados de Almidoide beta. Mientras que, individuos completamente sanos pueden tener gran acumulación de péptidos de Amiloide beta en áreas importantes (hipocampo, corteza e incluso retina), pero no presentan ninguna alteración cognitiva.
En contraparte, pacientes con problemas cognitivos severos, probablemente relacionados con una demencia tipo Alzheimer, podrían no tener un depósito importante de Amiloide beta. Su presencia no siempre se correlaciona con el deterioro cognitivo, característico de esa enfermedad.
“Pero si se presentan los dos tipos de lesiones: Marañas neurofibrilares, compuestas por acúmulos de tau y Placas neuríticas, formadas por depósitos de Amiloide beta, entonces se confirma el diagnóstico de Alzheimer. Hasta hoy, el único diagnóstico certero para la enfermedad es el post mortem”.
En el caso de la retina, a fin de determinar a tiempo la enfermedad, la investigadora consideró: “idealmente queremos tener un diagnóstico temprano y certero, para no tener que esperar a que los síntomas sean muy evidentes o, incluso, el fallecimiento del paciente para observar su cerebro”.
No obstante, expresó, en cuanto a la velocidad de desarrollo del padecimiento se debe tomar en cuenta la reserva cognitiva: Si la persona tiene un buen nivel educativo y ha fomentado sus capacidades, por ejemplo al aprender otro idioma, elaborar manualidades o practicar un oficio, ha generado conexiones neurales a lo largo de su vida, que pueden amortiguar el daño.
Para el correcto tratamiento es necesario un diagnóstico temprano, y el de la retina parece ser muy atractivo, de utilidad en las primeras etapas de la enfermedad. Sin embargo, se tendría que combinar con otros marcadores de imagen o fluidos, además del seguimiento de las pruebas cognitivas cada tres o seis meses para observar si hay un deterioro que pueda correlacional con la enfermedad de Alzheimer.
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