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Según una encuesta realizada en México en 2021, casi la mitad de los encuestados afirmó que los problemas de dinero habían afectado negativamente su salud mental.
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De acuerdo con Statista, más de 1.5 millones de personas en México sufrieron alguna condición o problema de salud mental en 2020.
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Según el INEGI, en México, 5.0 millones de personas se autoidentifican con una orientación sexual e identidad de género LGBTI+.
De acuero con un nuevo estudio, publicado en la revista New England Journal of Medicine donde se realizó un seguimiento durante dos años de jóvenes transgénero que presentaban menos síntomas depresivos y ansiosos tras dos años después de la terapia hormonal, mejorando así su salud mental.
Durante ese tiempo, los investigadores descubrieron que dos tercios de los adolescentes que habían sufrido una depresión de moderada a grave mostraron una notable mejoría. Muchos de ellos también experimentaron una disminución de los síntomas de ansiedad y una mayor satisfacción con la vida.
¿Cómo se realizó el estudio?
Formado por médicos y profesores de Chicago, Boston y Los Ángeles, la investigación contó con la ayuda del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver. El estudio reunió a 315 jóvenes transexuales de edades que van desde los 12 y los 20 años para participar en el estudio durante dos años. 190 de los participantes eran transmasculinos, es decir, se les asignó sexo femenino al nacer. Durante el estudio, todos los participantes recibieron terapia hormonal de afirmación del género.
Además utilizó escalas de salud mental que evaluaban la depresión y la ansiedad, junto con sus sentimientos positivos y su satisfacción vital. También midieron la congruencia de la apariencia, que se refiere al grado de satisfacción de las personas transexuales con su aspecto físico, que coincide con su identidad de género.
¿Qué descubrió el estudio?
El estudio descubrió que la terapia hormonal era una técnica eficaz para los jóvenes transexuales y no binarios. Los investigadores también observaron que la congruencia de la apariencia era un punto fundamental para la salud mental de los jóvenes transgénero y no binarios.
Las disparidades en la salud mental y física entre los jóvenes que experimentaron una pubertad considerable, relacionada con el sexo asignado al nacer, y los que no, también aportan una importancia adicional a la congruencia de la apariencia.
De los participantes, sólo 24 jóvenes no experimentaron una pubertad considerable e incongruente con el sexo asignado al nacer, ya que empezaron a tomar bloqueadores de la pubertad durante las primeras etapas de ésta o iniciaron la terapia hormonal con el comienzo de su pubertad.
Los síntomas depresivos y ansiosos también disminuyeron notablemente con el aumento del contenido vital en el caso de los que habían sido declarados de sexo femenino al nacer, pero no en el de los que habían sido declarados de sexo masculino.
A esta causa se pueden contribuir un par de motivos, entre ellos los cambios físicos relacionados con los estrógenos, ya que el crecimiento de los senos puede tardar de dos a cinco años en producirse.
Los investigadores teorizaron que las jóvenes transgénero femeninas pueden tardar más tiempo en notar un impacto visible en su salud mental. Aparte de esto, los síntomas de la pubertad relacionados con la testosterona, incluida la voz más grave, pueden ser “más pronunciados y observables” en comparación con una pubertad relacionada con los estrógenos.
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