- La única vacuna contra la tuberculosis que existe es la BCG y se aplicó por primera vez en 1921.
- El nuevo biológico es desarrollado por el Hospital Houston Methodist en colaboración con la Universidad de Purdue.
- La tuberculosis es la enfermedad infecciosa más letal del mundo.
El desarrollo dentro del campo de la salud ha permitido ofrecer alternativas contra algunas de las principales enfermedades en el mundo. Como parte de este avance ahora se prepara una novedosa vacuna nasal contra la tuberculosis. Lo más importante es que sería de utilidad para prevenir millones de muertes.
Antes que nada se debe recordar que la tuberculosis es una enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium que se transmite de persona a persona a través de la tos y los estornudos. Es decir, los bacilos tuberculosos se transmiten en el aire y basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para contagiarse.
En México, de acuerdo con el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE) en 2019 se registraron 21 mil 184 nuevos casos de tuberculosis a nivel nacional. Dentro de los estados más afectados están Veracruz, Baja California, Guerrero, Tamaulipas y Sonora en los que se contabilizaron los números más altos.
Ante este panorama no sólo en México sino a nivel mundial, científicos del Hospital Houston Methodist, en colaboración con sus homólogos de la Universidad de Purdue, han desarrollado una nueva y prometedora estrategia de vacuna contra la tuberculosis. Es un trabajo muy necesario en la lucha contra la enfermedad infecciosa más letal del mundo.
En una investigación con ratones, la vacuna del equipo produjo una excelente protección inmunológica contra la tuberculosis, una enfermedad para la que no ha habido una vacuna nueva en más de 100 años. La nueva inmunización, administrada por vía nasal, activa las células para evitar que la bacteria se propague en los pulmones.
“Es difícil apreciar la magnitud del problema de la tuberculosis, es por eso que estamos entusiasmados con esta nueva estrategia de vacunas. Creemos que presenta una nueva esperanza contra la propagación continua de la enfermedad,” explicó el Dr. Chinnaswamy Jagannath, profesor de patología y medicina genómica en el Instituto de Investigación del Hospital Houston Methodist.
Si bien llevó menos de un año desarrollar y probar vacunas para la COVID-19, una nueva vacuna para la tuberculosis resultó más desafiante, probablemente porque la bacteria contiene miles de proteínas, a diferencia de la proteína principal de los coronavirus, y está bien adaptada para infectar y esconderse dentro de las células.
El Dr. Jagannath aseguró que una vacuna contra la tuberculosis ha sido tan difícil de desarrollar como una contra el VIH-SIDA, virus cuya resistencia ha sido objeto de una frustración bien documentada en el campo. La tuberculosis ha desconcertado a los investigadores durante aún más tiempo.
¿Un sucesor de la centenaria vacuna BCG?
La única vacuna autorizada actualmente para la tuberculosis es la vacuna Bacillus Calmette-Guérin (BCG), que brinda una protección moderada contra las formas graves en bebés y niños pequeños (no adultos), ya sea antes o después de la exposición a la bacteria.
La BCG, administrada por primera vez a un bebé en un hospital parisino el 18 de julio de 1921, ayudó a erradicar la tuberculosis en el mundo desarrollado hace unos 80 años, pero no logró detener la marea en el mundo en desarrollo. Más de mil millones de personas han muerto a causa de la tuberculosis en los últimos dos siglos, incluidos 1.5 millones el año pasado, aproximadamente la misma cantidad que por COVID-19. Alrededor de 10 millones de personas contraen la enfermedad cada año.
El Dr. Jagannath ha trabajado en el campo durante más de 40 años, inicialmente publicando sobre el tratamiento de la tuberculosis multirresistente y luego siendo pionero en vacunas inductoras de autofagia de nueva generación dirigidas a la bacteria. Dichas vacunas funcionan convenciendo al cuerpo para que limpie los orgánulos dañados.
El siguiente paso para el equipo del Dr. Jagannath es un ensayo con primates no humanos. Si tienen éxito, dice el experto, esperan pasar a los ensayos clínicos en los próximos años.
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