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De acuerdo con una encuesta de Statista, el 24%de los encuestados dijo que generalmente buscan opciones saludables en restaurantes de comida rápida en los Estados Unidos.
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De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, el número de adultos con enfermedad hepática diagnosticada: 4.5 millones
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En 2019, hubo alrededor de 26 muertes por cada 100 mil habitantes en Nuevo México debido a enfermedades crónicas del hígado.
Un proyecto del Keck Medicine de la USC publicado el lunes concluye que quienes desean reducir el consumo de comida rápida están tomando buenas decisiones para su salud. Los datos muestran que el consumo de comida rápida está relacionado con la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Las enfermedades hepáticas pueden referirse a múltiples afecciones; de acuerdo con el estudio publicado se centra principalmente en la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA). Esta enfermedad está causada por una mayor presencia de grasa en el hígado.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico es una forma común de enfermedad hepática crónica en los Estados Unidos. Las personas que la padecen pueden desarrollar formas más agresivas que pueden progresar hasta la insuficiencia hepática. Esta enfermedad, la esteatohepatitis no alcohólica, reproduce las mismas consecuencias que las formas debidas al consumo excesivo de alcohol.
Uno de los principales precursores de la enfermedad del hígado graso no alcohólico es la obesidad. La autora principal de la nueva investigación y hepatóloga de Keck Medicine, la doctora Ani Kardashian, lo destaca en un comunicado de prensa de Keck Medicine of USC.
“Los hígados sanos contienen una pequeña cantidad de grasa, por lo general menos del 5%, e incluso un aumento moderado de la grasa puede conducir a la enfermedad de hígado graso no alcohólico. El grave aumento de la grasa hepática en las personas con obesidad o diabetes es especialmente llamativo, y probablemente se deba al hecho de que estas afecciones provocan una mayor susceptibilidad a la acumulación de grasa en el hígado”, afirma la Dr. Ami Kardashian, hepatóloga de Keck Medicine.
Curiosamente, cuanto más alta es la clase económica de una persona en Estados Unidos, más probable es que consuma comida rápida, según los datos de los CDC.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio para encontrar la relación con la comida rápida?
El estudio Keck Medicine de la USC evaluó a 4.000 adultos y comparó sus mediciones de hígado graso con su consumo de comida rápida. Las cifras de la encuesta muestran que el 52% consumía comida rápida y el 29% consumía una quinta parte o más de sus calorías de comida rápida. Los alimentos clasificados como comida rápida en el estudio son la pizza o la comida de un establecimiento de autoservicio sin camareros.
“Si la gente come una vez al día en un restaurante de comida rápida, puede pensar que no está haciendo daño”, dijo Kardashian. “Sin embargo, si esa única comida equivale al menos a una quinta parte de sus calorías diarias, están poniendo en riesgo su hígado”.
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