- Durante el 2021 un total de cinco millones de niños y niñas murieron antes de cumplir cinco años.
- Mientras que otros 1.9 millones de bebés nacieron muertos durante el mismo periodo.
- En la actualidad África Subsahariana y Asia Meridional son las regiones donde se producen las cifras más elevadas de mortalidad infantil.
El desarrollo de las vacunas se ha posicionado como uno de los inventos más importantes de la Medicina contemporánea. Su relevancia se puede apreciar en el combate a la mortalidad infantil porque los infantes con esquemas completos tienen un riesgo menor de fallecer que el resto. Pero aunque se han logrado grandes avances a nivel global todavía falta mucho por hacer.
Magnitud del problema en la actualidad
Como ejemplo solo basta con observar los resultados más recientes del informe elaborado por el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad en la Niñez (IGME, por sus siglas en inglés). De acuerdo con las estimaciones, durante el 2021 un total de cinco millones de niños y niñas murieron antes de cumplir cinco años. Mientras que otros 2.1 millones de jóvenes de entre 5 y 24 años perdieron la vida en el mismo período.
En un informe separado se reveló que 1.9 millones de bebés nacieron muertos durante el 2021. A partir de lo anterior se obtiene que un niño o adolescente fallece cada 4.4 segundos en alguna parte del mundo. Muchas de estas trágicas muertes podrían haberse evitado si las madres, los recién nacidos, los adolescentes y los niños tuvieran un acceso equitativo a una atención sanitaria de alta calidad.
“Cada día hay demasiados padres y madres que se enfrentan al trauma de perder a sus hijos, a veces incluso antes de que respiren por primera vez. Una tragedia tan generalizada y que es posible prevenir no debería aceptarse nunca como inevitable”, afirmó Vidhya Ganesh, Directora de la División de Datos, Análisis, Planificación y Seguimiento de la UNICEF.
Por su parte, los informes también muestran algunos resultados positivos. Desde el año 2000 ha disminuido el riesgo de mortalidad en todas las edades a escala mundial. La tasa en menores de cinco años se redujo en el mundo en un 50% desde principios de siglo.
Mientras que las tasas de mortalidad de los niños de mayor edad y de los jóvenes disminuyeron en un 36% y la tasa de mortinatalidad se redujo en un 35%. Esto se puede atribuir al aumento de las inversiones en el fortalecimiento de los sistemas de salud primaria en beneficio de las mujeres, los niños y los jóvenes.
Sin embargo, los avances se han reducido significativamente desde 2010 y 54 países no alcanzarán la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relativa a la mortalidad de menores de cinco años. Si no se toman medidas rápidas para mejorar los servicios de salud, casi 59 millones de niños y jóvenes morirán antes de 2030, y casi 16 millones de bebés nacerán muertos.
¿Dónde ocurren más decesos de niños?
Según los informes, las probabilidades de supervivencia de los niños siguen siendo muy diferentes en función del lugar donde nacen. África Subsahariana y Asia Meridional son las regiones donde se producen las cifras más elevadas de mortalidad infantil.
Aunque en África Subsahariana solo se concentró el 29% de los nacidos vivos del mundo, en esta región se registró el 56% de todas las muertes de menores de cinco años en 2021. Mientras que en Asia Meridional se registró el 26% del total. Los niños nacidos en África Subsahariana están sometidos al mayor riesgo de mortalidad infantil del mundo, 15 veces superior al de los niños de Europa y América del Norte.
Las madres que viven en estas dos regiones también sufren la dolorosa pérdida de bebés debido a la mortinatalidad a un ritmo alarmante: el 77% de todas las muertes por mortinatalidad registradas en 2021 se produjeron en África Subsahariana y Asia Meridional, y casi la mitad de estas muertes ocurrieron en África Subsahariana. El riesgo de que una mujer tenga un mortinato es siete veces mayor en África Subsahariana que en Europa y América del Norte.
El acceso a una atención de salud de calidad y su disponibilidad siguen siendo cuestiones de vida o muerte para los niños y niñas de todo el mundo. La mayoría de las muertes infantiles se producen en los primeros cinco años, y la mitad de ellas en el primer mes de vida.
En el caso de los bebés más pequeños, el nacimiento prematuro y las complicaciones durante el parto son las principales causas de mortalidad. Del mismo modo, más del 40% de las muertes prenatales se producen durante el parto, aunque la mayoría podrían evitarse si las mujeres tuvieran acceso a una atención de calidad durante el embarazo y el parto. Para los niños que sobreviven más allá de sus primeros 28 días, las enfermedades infecciosas como la neumonía, la diarrea y el paludismo suponen la mayor amenaza.
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